Papel

Carmen Linares: «El flamenco nace de un pueblo que pasó muchas fatigas»

La cantaora promete muchas alegrías esta noche en Madrid, donde presenta el espectáculo «Encuentros»

Carmen Linares: «El flamenco nace de un pueblo que pasó muchas fatigas»
Carmen Linares: «El flamenco nace de un pueblo que pasó muchas fatigas»larazon

Cuando el talento se acumula, se bifurca en tantos palos del flamenco, aparece la artista poliédrica y poderosa, cuya calidad artística es directamente proporcional a su humildad. Al menos eso ocurre con Carmen Linares que, hoy en el escenario Puente del Rey, y dentro de ese jolgorio de arte que son Los veranos de la Villa presenta su espectáculo «Encuentros», en el que junto al guitarrista Juan Manuel Cañizares y el grupo Camerata Flamenco Project, propone un viaje musical estético y ético junto a Manuel de Falla, Juan Ramón Jiménez y Federico García Lorca. Linares no es que sea sencilla, es lo siguiente. Tiene el empaque de una cantaora y la cercanía de una mujer que tiene el poso de sus raíces jienenses y un punto maternal, de acogida a quien llega a su casa, aunque sea la primera vez que lo vea, para hacerle sentir como de la familia... del flamenco, por supuesto.

–Carmen, no se moleste, pero tengo la sensación de que el flamenco es un cante de pobres, de gente humilde...

–¡Pero cómo me va a molestar! El flamenco tiene su raíz en el pueblo, un pueblo que estaba pasando muchas fatigas. Es la música popular de Andalucía. Ahora no es exactamente igual, se ha universalizado tanto que le llega a todo el mundo. Pero sus orígenes eran esos.

–Lo que es innegable es que siempre ha creado fascinación. Acuérdese en tiempo entre los señoritos.

–Sí, supongo que porque es un género musical con bastante temperamento, en el que hay mucha sinceridad al cantar... ¡Y cuidado, que algunos señoritos sacaron del hambre y de la pobreza a muchos cantaores! No hablo de todos, que quede claro, que sólo los querían para la juerga y se aprovechaban de ello. Pero había otros que les gustaba mucho el cante y casi se convertían en mecenas. Yo eso no lo he vivido. En donde sí he estado es en las fiestas entre nosotros.

–¡Uy! Yo me acuerdo en una que me colé en el Candela de Madrid. Se montó una en el sótano.

–Ahí podías ver a Camarón, José Mercé, Enrique Morente, Paco de Lucía. Era un sitio para nosotros. Eso ya era en otro plan. Al terminar una actuación ibas allí a relajarte y a tomar algo y, de repente, uno sacaba la guitarra, el otro se ponía a cantar. Tengo unos recuerdos maravillosos porque cantábamos con más libertad, sin la responsabilidad de estar delante del público porque, claro, no vas a salir a un escenario con una copa en la mano.

–Acaba de nombrar de corrrido a tantos flamencos que se han ido. Eran unos genios.

–¡Ja, ja, ja! Y para mí, pero genios de verdad, que esta palabra se utiliza mucho y no siempre con la gente que se lo merece. Se han ido tres pilares del flamenco: Camarón hace ya muchos años; Paco, que te voy a decir; y Morente, ¿qué puedo comentar de él?

–¿Se siente huérfana?

–Sí, un poquito, sobre todo en el caso de Enrique Morente porque era mi compadre, mi amigo del alma. Mi esposo y yo somos los padrinos de su hija Soleá. Ten en cuenta que empezamos a cantar juntos en Café de Chinitas en 1973. Tanto Camarón como Paco y Morente tenían todavía muchas cosas que dar, pero qué se le va a hacer. Recuerdo que cuando se murió Manolo Caracol o Mairena la gente decía «el flamenco se ha acabado». Y aquí seguimos. Pero es muy difícil que salga un genio como De Lucía. Me acuerdo que en la profesión se decía: «Cuando llegó Paco estábamos todos los guitarristas echándonos la siesta». Eso dice mucho de él.

–¿Le molestaron las críticas que recibió el granadino cuando fusionó el flamenco con otros géneros?

–Sí, porque tenemos que evolucionar. Un arte no se puede quedar estancado y cantarlo como hace cien años. Lo que sí que hay que conservar como base son los orígenes y su historia. Y eso Morente siempre lo respetó. Lo que ocurría es que luego volaba.

–En el espectáculo que hoy presenta en Madrid regresa a Lorca...

–Es el poeta con el que me he sentido más cercana. No me importa confesarlo: la primera vez que supe de Miguel Hernández fue a través de un disco que hizo Morente. Se me abrió una ventana. «¡Qué poemas tan bonitos!», pensé y me alegré mucho de que los flamencos, junto a otros artistas, diéramos a conocer al pueblo a genios como estos, o Juan Ramón Jiménez. En «Encuentros», por ejemplo, hay un tema «Moguer» que es un poema que Juan Ramón dedica a su pueblo. El compositor Juan Carlos Romero lo hizo en fandangos de Huelva y es una maravilla. Puedes adaptar poemas pero hay que hacerlo con mucho criterio.

–¿Cuándo se dio cuenta de que usted iba para cantaora?

–Yo cantaba desde niña porque me gustaba y tomé conciencia de que me quería dedicar a esto desde muy joven. Empecé cantando, más o menos profesionalmente a los 14 años, cuando participé en un concurso de Radio Madrid. Lo primero que pensé es «¡Qué bien, me voy a la capital, a la casa de mi tía!». Vinieron mis padres a verme y lo que recuerdo es que yo era muy feliz. no tenía nada que ver con lo que veo en «Operación Triunfo» o en «La Voz Kids», me dan mucha penita los concursantes.

–¿Por qué?

–Si son adultos bueno, pero con niños o adolescentes... Me afecta un poco, porque son muy competitivos. Como madre, pienso lo que tienen que estar sufriendo esas criaturas. Yo no llevaría a un hijo mío a uno de esos concursos. Creo que también la familia les presiona mucho. Lo que hay que hacer es fomentarles sus inquietudes.

–Vista la situación política de España, ¿qué palo del flamenco le dedicaría?

–Es complicado. Ahora vivimos una especie de «stand by» en el que hay que ver lo que va a pasar. Hay que dar oportunidades a todo el mundo, pero lo que más necesitamos es que los políticos hagan un gran pacto para salir adelante.

El LECTOR

«En mi casa nunca faltan los periódicos. Soy una mujer a la que le gusta estar al día de lo que pasa en la política, en la sociedad. Creo que es importante estar informado, porque la información es cultura. Cuando estoy de gira evidentemente leo menos, pero no dejó de echar un vistazo a lo que cuenta la Prensa. Como profesional del flamenco, creo que desde hace tiempo cada vez se nos cuida más, están más pendientes de nosotros, algo que me alegra». De LA RAZÓN lo que más me gusta es la sección de Cultura, creo que es muy completa. Como el resto de los periódicos también apoya este arte y dan la cobertura de nuestros conciertos. Eso sí, como siempre me ocurre, me gustaría que se diese todavía más».