La antidieta: Prohibido mezclar

El fundamento principal de esta dieta es la de no mezclar ciertos grupos de alimentos, puesto que defienden que de hacerlo se consigue ralentizar la digestión, así como causar meteorismos, acidez e hinchazón. Esta idea también la comparten otras dietas como la del grupo sanguíneo y la dieta disociada.

Algunas de las combinaciones que se desaconsejan en la antidieta son: ácido con ácido, por ejemplo, naranja o limón con vinagre; proteína con almidón: huevo con patata o carne con arroz; grasas y azúcares: mantequilla y azúcar; proteína y proteína: lenteja con huevo, garbanzos con carne o pescado, etc.; y almidón con almidón: por ejemplo, fideos con patatas, plátano con cereales, etcétera. Teniendo en cuenta estas combinaciones propone que las frutas deben tomarse sólo por la mañana, las infusiones deben ser sin endulzar y no se deben tomar postres excepto algún lácteo.

Lo bueno

- Bajo sus pautas generalistas y poco personalizadas, es posible comer cualquier tipo de alimento sin estar controlando cantidades ni calorías, saltándonos nuestro mecanismo de saciedad cuando nos plazca. Por otro lado, la antidieta puede promover la ingesta de frutas y verduras, lo cual resulta una gran ventaja para la salud, pero también se corre el riesgo de caer en la monotonía y abusar de un grupo de alimentos concreto.

Lo malo

- Resulta poco viable a largo plazo, lo cual indica que no es un planteamiento saludable que nos permitirá perder peso y sostenerlo en el tiempo por nuestros cambios dietéticos, sino que es una dieta a corto plazo que no ofrece una solución definitiva a nuestro exceso de peso ni tampoco mejores hábitos alimentarios.

La nota: 3-4