En forma
Desayuno con huevos para todos
Domingueros: Frittata de verduras
La «frittata» es la versión italiana de nuestra tortilla francesa y se puede combinar con las verduras que más te gusten. También es un desayuno estupendo porque lo puedes hacer con antelación y dejarlo en la nevera sin ningún problema. El secreto está en hacerlo a fuego lento. Para empezar toma 100 gramos de espinacas y mételas en agua hirviendo durante unos minutos. Escurre, corta y mézclalas con cuatro huevos batidos. Vierte en la sartén con un poco de aceite, tapa y deja que se cuaje poco a poco, sin prisas Al final, espolvorea la frittata con un poco de queso parmesano rayado.
Runners: Tortilla de Boniato
El boniato tiene muchas ventajas sobre las patatas. Su índice glucémico es menor, lo que quiere decir que es un carbohidrato más lento y es perfecto para antes de una carrera. Puedes asar los boniatos en el horno con antelación y guardarlos en la nevera varios días. Para hacer la tortilla, procede como con una tortilla de patatas, usando seis huevos y cuajando la tortilla poco a poco en la sartén y volteando con cuidado y la ayuda de un plato. Una vez cocinada la podrás guardar para desayunar varios días... eso si es que dura tanto tiempo, ya que el resto de la familia seguro que la come si la prueba.
Levantadores de pesas: Revueltos en cazo hondo
Unos buenos huevos revueltos son un desayuno perfecto al que le puedes añadir un extra de proteínas si, además, de los huevos añades claras. El recipiente ideal no es la sartén, sino un cazo hondo en el que pondrás la grasa, que puede ser aceite o mantequilla, junto con los huevos. A continuación tendrás que tener paciencia: hay que hacerlos a fuego lento y remover de vez en cuando hasta que estén cuajados. Un truco profesional: añade la sal y la pimienta solo al final, cuando ya casi estén listos y retira del fuego antes de llegar al punto que te gusta, ya que seguirán cociéndose con el calor residual.
Yoga y pilates: Los sencillos escalfados
Los huevos escalfados son una forma de cocinarlos sin grasa, pero son bastante complicados si no tienes mucha práctica en la cocina. Hay que echar el huevo en agua hirviendo y mantenerlo unido para que no se desparrame. Hay una solución bastante más práctica: forra con un poco de film de plástico un bol, pon un poco de aceite, sal, y después el huevo. Cierra el plástico con un nudo formando una bolsita que cerrarás con cuidado y pondrás en agua hirviendo durante cuatro minutos. Conseguirás una clara firme y una yema medio líquida. Puedes acompañarlos con espinacas y salsa holandesa para tener huevos benedictinos.
✕
Accede a tu cuenta para comentar