Mascotas
El cariño de los mayores
Los perros envejecen a una velocidad más rápida que nosotros. Según las razas, unos con 9 o 10 años y otros, a los 13, ya son ancianos y necesitan cuidados y un trato diferente, sobre todo, más dulzura
Los perros envejecen a una velocidad más rápida que nosotros. Según las razas, unos con 9 o 10 años y otros, a los 13, ya son ancianos y necesitan cuidados y un trato diferente, sobre todo, más dulzura.
Los perros mayores de 9 o 10 años pueden considerarse canes ancianos y necesitan unos cuidados diferentes, sobre todo, estar más con sus dueños y disfrutar de su cariño.
Si vas de vacaciones y ya supera los 10 intenta no dejarlo bajo ningún concepto en algún lugar que lo cuiden. Él solo quiere estar contigo y lo vivirá como un abandono con miedo a que no vuelvas. Los perros mayores desprenden ternura: nos recuerdan en cierta forma a un cachorro ya sea por sus necesidades, cuidados o por su delicadeza. No todos los canes envejecen igual de rápido, dependiendo del tamaño y la raza unos llegarán a la vejez a los nueve o diez años y otros a los trece o quince años. Pero cada uno precisa de sus propios cuidados.
El temor de los dueños es no percatarse de que su perro se está haciendo anciano. La reducción de energía es un signo claro de vejez canina, dejarán de ser tan activos, pero no por eso necesitan menos paseos. Los cambios de comportamiento en el hogar también son típicos en ellos, se vuelven más cariñosos, más familiares y en ocasiones incluso comienzan a tener miedo a quedarse solos.
Muchos llegan a su edad adulta con problemas dentales debido al desgaste de los mismos durante todos los años anteriores. En este momento se hace necesario elegir un pienso que sea blando y se mastique con facilidad. Debido a la tranquilidad con la que viven estos años, su alimentación
debe contener alrededor de un veinticinco por ciento menos de calorías.
Los mayores duermen más horas que un perro joven, pero esto no significa que tengan que estar siempre en el sofá: necesitan pasear y socializar como cualquier otro perro. Lo recomendable es dar más paseos a lo largo del día pero más cortos (nunca superiores a 30 minutos). Se suelen mostrar más independientes que hasta ahora y a la vez más apegados e incluso podemos apreciar que lloran cuando sus dueños salen de casa: tienen mayor necesidad de afecto. Los ratos que los dejemos solos deben ser cortos para evitar que les embargue la soledad y la tristeza.
Oyentes con paciencia
El perro es el mejor oyente para los niños. Escuchan con tranquilidad y, a diferencia de otros menores o de los adultos, nunca harán críticas cuando un pequeño cometa errores o se atranque. No les corregirán y estarán felices solo con escucharlos. Por esto en una biblioteca de Estonia los niños leen en voz alta a los perros, lo que fortalece su confianza en sí mismos e incita a la lectura.
Contigo al fin del mundo
El afecto de los perros a sus dueños les lleva a ir detrás de ellos hasta el «infinito». Hay soldados americanos que vuelven tras años de una larga misión, se reencuentran con su mascota y el can se vuelve loco de alegría al verlo. Y cuando un perro se pierde y aparece después de un tiempo largo, los dueños tienen miedo de que no los reconozca, pero nunca es así.
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