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Lanzarse al mar sin miedo
Bañadores salvavidas, lentillas para bucear, crema solar permanente... Las vacaciones se van liberando poco a poco de esos peligros presentes hasta hace diez años
Bañadores salvavidas, lentillas para bucear, crema solar permanente... Las vacaciones se van liberando poco a poco de esos peligros presentes hasta hace diez años
Cada verano ocurría lo mismo en el pasado. Muchos niños se ahogaban en las piscinas debido a calambres, falta de conocimientos u tras circunstancias. Por suerte, esto se ha logrado casi evitar por completo. Hoy los trajes de baño infantiles cuentan con sensores inteligentes que deducen de la estatura del niño, la frecuencia cardiaca y su respiración, si se encuentra en peligro. Y reacciona, igual que un airbag, hinchándose al instante para sacarlo a flote. Algunos hasta cuentan con una app que inmediatamente envía una señal al socorrista o familiar.
Una medida muy cuestionada en entornos públicos ha sido la instalación de drones submarinos que recorren piscinas y playas públicas. Muchos han señalado que se trata de una vulneración a la intimidad, pero la verdad es que se han mostrado sumamente efectivos a la hora de socorrer a bañistas perdidos o arrastrados por la corriente.
Otro enemigo del verano era precisamente el sol o sus rayos ultravioletas. Quemaduras de diversos grados y con diferentes consecuencias a veces podían arruinar las vacaciones o causar serias secuelas. Tras los bañadores que aconsejaban el uso de protectores solares tan de moda en 2018, llegó la crema protectora permanente. Se trata de una emulsión que llega a las capas más profundas de la piel y actúa como barrera que impide el daño celular y el superficial. Es ideal para olvidarse de ponerle protección a los niños cada pocas horas y, por si fuera poco, lleva una nanotecnología que reacciona según el entorno. La última innovación en este sentido ha sido la desarrollada por Lisa DeLouis, de la Universidad de Rochester que consiste en nanopartículas que protegen de los rayos UV y, al mismo tiempo utilizan la energía del sol para activarse y dispensar diferentes tratamientos por dolencias dérmicas o internas. Esto ha demostrado ser muy útil ya que evita la dosificación de medicinas en horas fijas y es imposible que alguien, niño o adulto, olvide una toma.
Finalmente, otro impacto tecnológico que ha modificado nuestro verano han sido las lentillas para ver bajo el agua. Creadas por la firma Spectrum facilitan la misma visión que unas gafas, sólo que de forma natural. No las daña el contacto con la sal o el cloro, tampoco resulta molesto su uso prolongado y llevan, al igual que las lentillas creadas por Babak Parvis en 2017, una conexión a internet y realidad aumentada. Lo notable es que Spectrum no se inspiró para su diseño en la visión de ciertas aves capaces de tener una visión nítida dentro y fuera del agua, sino en los humanos. Más precisamente en el pueblo Moken, habitantes de Tailandia y Birmania y que pasan gran parte de su vida bajo el agua, buscando alimentos.
- Fuente: Los «bañadores airbag» existen, como la investigación de DeLouis, las lentillas para ver bajo el agua y las inteligentes.
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