Espacio

NASA, agencia de ocio y turismo

Miembros de la Agencia Espacial japonesa practican bajo el agua
Miembros de la Agencia Espacial japonesa practican bajo el agualarazon

Hasta hace muy poco, la mayoría de los que practicábamos algún deporte o al menos lo observábamos en la televisión, o en directo, casi siempre lo vivíamos en dos dimensiones. La irrupción de la Agencia Espacial de Estados Unidos y luego otras ha permitido que disfrutemos de nuevos y más entretenidos veranos. Así llegaron las piscinas con gravedad artificial ideadas por la Agencia Espacial de Desarrollo, de Japón. Concebida inicialmente para que los turistas espaciales disfrutaran de un jacuzzi en una suite de lujo, fue lo que permitió la construcción de las primeras piscinas verticales: directamente del piso diez del hotel, al agua. Y viceversa.

Pero durante el receso estival, no todo es calor. Muchos aprovechan para darse un respiro del verano y visitar un centro de esquí en el otro hemisferio. Diez años atrás, lo más avanzado podía llegar a ser la nieve artificial. Hoy las gafas de esquí, con GPS incorporado, no sólo permiten seguir la ruta elegida, también toman imágenes, y las comparten en las redes sociales. Las tablas y esquís se pliegan hasta reducir su tamaño a un tercio y llevan un sistema de tracción (inspirado en las vellosidades que permiten a los geckos escalar paredes) que facilita subir cuestas.

La reciente colaboración de Parrot con la Agencia Espacial Europea fue lo que instaló la moda de las Olimpiadas de drones: carreras de obstáculos, vuelos «free style» y la primera vuelta al mundo de un dron han hecho que todos queramos pilotar uno de estos cometas del siglo XXI.

Los trajes de la NASA, completamente autónomos, también llevaron el concepto de vacaciones en el mar al extremo de vacaciones bajo el mar. Hoy es posible caminar por el fondo de la fosa de las Marianas, a 10.000 metros de la superficie, en una excursión que se ha dado en llamar: la última aventura del planeta.

Pero hay espíritus que no se contentan con lo que dispone la Tierra. Y miran más allá. Cincuenta años atrás, los primeros astronautas en la Luna sembraron la semilla al relatar cómo les hubiera gustado tener sus esquís y recorrer los perfiles lunares. Hoy ya es posible realizar el sueño de John Irwin (Apollo 15), John Young (Apollo 16) o Harrison Schmitt (Apollo 17) y esquiar en el Monte Hadley de 5.000 metros de altura, sólo que, en lugar de nieve, se desliza sobre polvo cósmico.

¿No es suficientemente osado? No hay problema. El mayor desafío en la actualidad es escalar el Monte Olimpo... en Marte. Esta cima, de unos 25 kilómetros de altura (casi el triple del Everest), aún permanece virgen. Al igual que el premio que la Fundación de la Tierra y el Espacio ha prometido unos 20 años atrás, al primer equipo que logre llegar a la cima.

Una vez que se consiga esto, el siguiente reto será ya en todo el sistema solar: las ocho cumbres, de los ocho planetas. Pero para ello falta mucho tiempo aún. Se supone.