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El príncipe Napoleón

También conocido como el conde Louis de Montfort, Louis Blanchard o Louis Monnier

La «Ley del Exilio» le obligó a pasar desapercibido con distintos alias
La «Ley del Exilio» le obligó a pasar desapercibido con distintos aliaslarazon

También conocido como el conde Louis de Montfort, Louis Blanchard o Louis Monnier.

En Francia, la Ley de 22 de junio de 1886 relativa a los miembros de familias que hubieran reinado allí, la llamada «Ley de Exilio», obligaba a los jefes de las dinastías antiguamente reinantes en Francia y a sus herederos primogénitos, a no pisar suelo francés. Eso condicionó mucho su vida. Uno de los afectados fue el príncipe Luis Napoleón, jefe de la Casa Imperial, nacido en 1914 y fallecido en su castillo de Prangins, Suiza, en 1997. Tras la promulgación de esa ley, los Bonaparte dejaron el territorio francés. El príncipe Napoleón, primo hermano de Napoleón III, y su hijo Víctor abandonaron Francia el 23 de junio de 1886. El padre partió hacia Suiza, y el hijo hacia Bélgica, donde acabaría casándose con Clementina, hija de Leopoldo II de los Belgas. Ninguno de los dos volvería a Francia.

Luis Napoleón, hijo y nieto de los citados, se convirtió en Jefe de la dinastía en 1926. Durante dos años, 1938 y 1939, ganó el Gran Premio de Berna al volante de su Bugatti, participando con el nombre de Conde de Montfort, que luego seguirá usando y que ya había utilizado su madre, Clementina, cuando en diciembre de 1937 se instaló unos meses entre Menton y Cap Martin, en la villa Florida, en Carnolès. Ese incógnito le permitía escapar a las invitaciones oficiales, especialmente en Bélgica y París, aunque a veces sustituía a su madre al lado de Leopoldo II por lo que los belgas le llamaban «la petite reine».

En 1939 Luis hizo algunas incursiones en Francia bajo el nombre de Louis Blanchard, ciudadano suizo. Ese año disolvió el partido bonapartista y, dado que la Ley de Exilio le impedía alistarse como francés con su nombre auténtico, se alistó con aquella identidad como soldado de segunda clase en la Legión Extranjera, en el campamento francés de Sathonay, en Ain. El gobierno Daladier había hecho caso omiso a sus peticiones para enrolarse como francés y la marina británica también le rechazó. Se le aceptó en la Legión pero con la salvedad de que no obtendría ningún ascenso. En septiembre de 1940 fue desmovilizado y regresó a su casa suiza del castillo de Prangins. Luego luchó en la resistencia, fue encarcelado por los alemanes pero, liberado de la prisión de Fresnes, se unió en noviembre de 1943 al maquis en Berry. En la Resistencia se convirtió en el sargento Louis Monnier. Como tal se alistó en el 17º batallón de cazadores de infantería, reorganizado en Chateauroux. En agosto de 1944 en el curso de un reconocimiento en el Indre, durante los combates de la Liberación, fue herido por un obús en la espalda y en la pierna.

De Gaulle le otorgó una autorización oficiosa de permanecer en Francia como Conde de Montfort y como tal se presentará hasta la abolición de la Ley de Exilio. El 29 de octubre de 1944 Luis fue recibido por dicho general y promovido al grado de teniente, con el nombre de «Louis de Montfort». Así, el príncipe Napoleón seguirá en el exilio, pero el Conde de Montfort podría seguir en el ejército francés mientras durase la guerra. Fue a Austria con los cazadores alpinos, siendo desmovilizado en septiembre de 1946.

¿De dónde venía esa denominación de Montfort? Era un castillo en el lago Constanza que había sido del rey Jerónimo. Éste, llamado «Fifi» en familia, antiguo rey de Westfalia, bisabuelo de Luis, y ya perdido ese trono, fue creado príncipe de Montfort por el Rey de Württemberg el 31 de julio de 1816. Más tarde su sobrino Napoleón III le confirmaría como príncipe francés, ya durante el Segundo Imperio. Caído éste, el príncipe Jerónimo Napoleón, hijo del ex rey de Westfalia, vivió disipadamente y mezclado en mil intrigas con el título de príncipe de Montfort, mientras su esposa, Clotilde de Saboya, y su hija Leticia, se retiraron al castillo de Moncalieri, en Italia.