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Las redes sociales como nuevos «antecedentes penales»
Lo que cuentas en Internet puede costarte un despido, perder en un divorcio o no entrar a Estados Unidos
Lo que cuentas en Internet puede costarte un despido, perder en un divorcio o no entrar a Estados Unidos.
De la huella dactilar, a la huella digital. Si la primera revolucionó en el siglo XIX la identificación de sospechosos de delitos, la segunda se ha convertido ya en una posible prueba de cargo en un despido o un divorcio, o frustrar tus aspiraciones a ejecutivo. Una especie de antecedente penal universal que cada vez invade más parcelas de la vida.
El más reciente, el proyecto del Gobierno de Estados Unidos de exigir el historial en redes sociales a los solicitantes de visa. Según anunció esta primavera, los aspirantes deberán presentar lo que han hecho durante cinco años en 20 plataformas sociales, incluidas las más populares. La medida afectaría a casi 15 millones de personas al año.
Pero no hace falta querer trabajar en Estados Unidos para que tus perfiles te puedan jugar una mala pasada. Pese al derecho constitucional a la libertad de expresión, los jueces admiten estos contenidos como prueba legal en numerosos procesos judiciales más allá de las consabidas querellas por difamación o calumnias.
De hecho, se acumula la jurisprudencia en materia de trabajadores despedidos por verter expresiones en redes sociales que pueden dañar la reputación de la empresa. «Esta doctrina parte de que en el ámbito laboral los trabajadores continúan siendo titulares del derecho fundamental a la libertad de expresión, si bien el mismo debe ejercerse conforme al principio de buena fe que preside toda relación laboral, y que convierte al empleado en deudor de un especial deber de lealtad y respeto a los intereses del empresario para el que presta servicios», explica Elisa Caldeiro, abogada del despacho Garrigues, en el blog legaltoday.com.
También los procesos de divorcio pueden verse afectados por la huella digital de los cónyuges. Abundan las sentencias que modifican la pensión compensatoria, la custodia de los hijos o cualquier otro aspecto relacionado si, capturas de redes sociales en mano, permiten a la otra parte demostrar que tienes más dinero del que dices, o que tu vida disoluta puede suponer un problema para los hijos a tu cargo.
También las empresas de reclutamiento de altos ejecutivos incluyen de forma creciente el escrutinio de las redes sociales de los candidatos en su sus informes de idoneidad para las compañías contratantes. Quizá por ello, solo el 32 % de los CEO de las 500 principales empresas estadounidenses tiene perfiles sociales. La buena noticia es que si has sabido construir una buena identidad digital, tendrás más posibilidades de que el «nethunter» te seleccione a ti.
La «industria invisible»: el producto eres tú
¿Sabes quiénes son Acxion, Experian o Lifecycle Marketing? Seguramente, no. Lo curioso es que ellos probablemente lo sepan casi todo de ti. Son algunas de las principales empresas internacionales de lo que se denomina «corredores de datos». A semejanza de los antiguos corredores de pisos, que buscaban viviendas en venta o alquiler para informar a los interesados a cambio de una comisión, estas empresas se encargan de recopilar toda la información que desparramamos por internet para vendérsela luego a agencias de marketing y publicidad, operadores telefónicos o incluso a partidos políticos. Sí, sus fuentes son esos consentimientos que damos alegremente cuando nos registramos en una web o hacemos un pedido online. Un negocio fabuloso que algunos llaman «la industria invisible» y su producto eres tú.
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