Papel
Pólizas de riesgos digitales: Qué son y qué protegen
Las compañías de seguros ya ofrecen coberturas ante los peligros de Internet a las grandes empresas, pymes y familias
Las compañías de seguros ya ofrecen coberturas ante los peligros de Internet a las grandes empresas, pymes y familias.
Prácticamente todo el mundo tiene ya contratada alguna póliza de seguros. Coche, hogar, deceso o salud son los riesgos que más frecuentemente protegemos, bien por decisión propia o por imperativo legal, como ocurre con los vehículos, o contractual, como cuando suscribes una hipoteca. A estos riesgos convencionales se han incorporado ya los derivados del uso de internet y de las TIC, de los que nadie está a salvo aunque en el caso de las empresas pueden tener consecuencias dramáticas.
Un informe de la empresa Kaspersky cifraba en unos 34.000 euros el presupuesto medio que necesitaría una pyme para resolver un problema grave de seguridad digital, cantidad que se acercaría al medio millón de euros en el caso de una empresa de gran tamaño. También los ciudadanos particulares son vulnerables a los ataques y fraudes cibernéticos. ¿Qué cubren las pólizas de riesgos digitales y cómo saber cuál me conviene?
Como todos los seguros, las coberturas –y sus tarifas– varían según las necesidades del cliente. En el caso de las empresas y los profesionales, lo más inteligente es realizar previamente un análisis de riesgos en función de diversas variables, como la dependencia de internet, los equipos disponibles, el acceso a los sistemas o la existencia o no de un departamento informático. El Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe) ofrece una sencilla herramienta de autodiagnóstico que en cinco minutos determina el nivel de riesgo de la empresa.
Una vez que ya sabemos hasta qué punto somos vulnerables, será más fácil elegir las coberturas que nos convienen. Con carácter general, los ciberseguros ofrecen coberturas de Responsabilidad Civil a terceros, responsabilidad por pérdida de datos de carácter personal o riesgos de privacidad, cobertura contra las reclamaciones por la violación de derechos de propiedad intelectual, gastos de defensa por multas y sanciones de organismos reguladores, custodia de datos o infección por malware, o cobertura por pérdida de beneficios derivados de un problema digital, entre otros.
En el caso de los ciudadanos particulares, cada vez más compañías de seguros también ofrecen coberturas de los riesgos más frecuentes, como las compras por internet, el uso fraudulento de nuestra tarjeta, la suplantación de identidad o la pérdida, robo o avería de ordenadores, móviles y tabletas. También existen coberturas para el uso que los menores hacen de internet: descargas ilegales, ciberacoso o uso indebido de su imagen por terceros en redes sociales son algunos de los riesgos que también se pueden proteger.
¿Cómo funciona el traductor de Google?
Aunque casi todos aseguramos en nuestros currículos (ejem...) que tenemos un «nivel medio de inglés», lo cierto es que estaríamos perdidos sin Google Translate (no digamos si se trata de otro idioma). Con más más de 200 millones de usuarios diarios, la herramienta del gigante de Mountain View es la más utilizada de las disponibles. ¿Pero cómo lo hace? Por estadística. Google Translate no «aprende» el vocabulario y gramática de todas las lenguas, sino que compara el texto a traducir con los millones de textos traducidos por humanos que tiene en su base de datos y elige el que más se aproxima por repetición. Y además no lo hace directamente (por ejemplo español–alemán), sino que pasa primero por el inglés aplicando el denominado paradigma de economía radial.
✕
Accede a tu cuenta para comentar