Moda
Desesperadas por H&M
Será porque no me gusta el otoño, me produce melancolía y hasta mal humor, será por este florecimiento de mentiras y estupideces que leo y escucho casi todos los días a nuestros políticos o quizá porque el proceso soberanista catalán me parece delirante, no acabando con la corrupción catalana, sino que se ha convertido en un escudo para cubrir la expoliación de Pujol y todos los del 3%. Se supone que estos personajes, unos zascandileando y otros gobernando, los financiamos para que nos ofrezcan una vida mejor, más confortable y alegre. Algo muy alejado de la realidad. Su política favorita es la recaudación. En muchísimas calles ya no se puede pasar en coche y a la que te descuidas ya te has metido en una, con la consiguiente foto y multa. Nunca se ha hablado tanto de libertad y nunca hemos sido menos libres... Vivimos en esa realidad que leíamos en los libros de Orwell y nos parecía pura ciencia ficción, con el ojo del «Gran Hermano» controlándonos. ¿Saben lo que pienso? No me gusta lo que nos está tocando vivir, nos utilizan, todo aquello que está prohibido para el ciudadano ellos lo practican con gran desparpajo... malversación de fondos públicos, blanqueo de dinero, comisiones... y ahora quieren convencernos de que vivimos en «Alicia en el País de las Maravillas». Me encantaría ser libre de verdad. Comprendo que es imposible salirse de esta espiral, pero es lo que quisiera, ser ciudadana universal.
Y casi parece una utopía poder hacerme con un modelazo de Balmain, firma de superlujo, a precios de H&M. Nos invitan a una preventa para ir calentando el ambiente. Ahí estaban Rossy de Palma, Bibiana Fernández, Juana Acosta, Lady Addict... Y muchas blogueras y blogueros. También Mario Vaquerizo con su hermana Marta, que son otros locos por Balmain, pero lo más divertido es el momento «pistoletazo de salida» en que nos dan acceso a la ropa expuesta y tenemos un tiempo récord cronometrado en el que podemos adquirir esas maravillosas piezas. Estamos como «Maris» a la puerta de unos almacenes el día de rebajas, con la adrenalina por las nubes e intentando conseguir esa pieza codiciada a precio de ganga.
La guapísima Juana Acosta y yo nos situamos las primeras y no nos movimos de allí por más que nos ofreciesen copas y canapés en otro lugar. Por fin lo conseguimos, aunque uno de los vestidos es imposible metérmelo, en el fragor de la batalla no me fijé que era una 36, y jamás he usado esa talla. Esta semana intensa también me ha tocado mi día de abono al Real con la ópera «Alsina», una puesta en escena que no me gustó nada para una ópera barroca, esto sumado a lo larguísima que es. Me salí en el tercer acto, todo en la vida tiene un «timing», incluida la música.
Ayer, vuelta al Teatro Real para disfrutar del precioso concierto que nos ofreció BMW en su 30º premios de pintura presididos por la Reina Sofía, que estuvo adorable, elegantísima, delgada y muy guapa. A pesar de haber sufrido bastante, nunca perdió ese halo de dulzura y bondad, especialmente cuando sonríe. Su dignidad y sentido de lo que representa es indiscutible.
En Madrid tenemos fin de semana largo, que aprovecharé para organizar mi Mercadillo de Navidad a favor de la ONG Ningún niño sin techo, que lo necesitan muscho. Tenemos en acogida a quince niños y adolescentes con abandonos y vidas tremendas. La próxima semana les cuento y espero su visita.
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