Colas de horas para 30 euros, un bocadillo y salir en una película

Cinco y seis horas de espera no fueron suficientes para hacer mella en el ánimo de los casi 2.000 aspirantes a figurantes de la próxima película del director Alberto Rodríguez «La isla mínima». Se buscaba a personas de entre 30 y 80 años de ambos sexos y también otras con aspecto nórdico de entre 18 y 50. El reclamo, participar en el rodaje de uno de los directores de moda del cine español y lograr un dinero extra, ya que la jornada se paga con 30 euros y un bocadillo.

Nada mal, teniendo en cuenta que el rodaje durará del 30 de septiembre y al 22 de noviembre, por lo que muchos de los que se acercaron ayer hasta la prueba eran desempleados y estudiantes. La mayoría de ellos estaba allí desde primera hora de la mañana, como era el caso de Sara, una chica de 21 años que parecía salida de las calles de Estocolmo. Nada de eso, se trata de una joven sevillana que quiere participar en la película del autor de «Grupo 7» y vivir una experiencia nueva. Junto a ella también estaban los hermanos Javier y Laura Contreras, ésta última ya había participado en una película con anterioridad. Concretamente en «Ocho apellidos vascos», de Emilio Martínez-Lázaro. Javier, taxista de profesión, confesaba que lo que le motivaba para estar varias horas esperando al sol es que podría comenzar una carrera de actor. «Nunca se sabe, ¿no?».

Dentro de la Casa de las Sirenas, donde se desarrollaba el casting, había que poner la mejor de las sonrisas, sostener una pizarra en la que estaba escrito el nombre y apellidos, y cruzar los dedos. Necesitan unas 700 personas para crear el ambiente que se vivía en la zona de los arrozales del bajo Guadalquivir durante los años ochenta.