Córdoba
Córdoba también llena de flores sus rejas y balcones
Un total de 25 participantes integran un concurso que premia el ventanal mejor adornado
Un total de 25 participantes integran un concurso que premia el ventanal mejor adornado
La coplilla granadina «Niña asómate a la reja que te tengo que decir una cosita a la oreja» cobra vida durante el Mayo Cordobés, donde las flores salen de los patios para adornar rejas y balcones en un concurso que este año ha premiado a un matrimonio del popular barrio de la Axerquía Norte. «¿Que hemos ganado?, ¿no me digas? Espera que llamo al jardinero de la casa, Miguel», reaccionó Aurora, la esposa de un albañil jubilado de 74 años que se pasa el año subido a una vieja escalera de madera para mimar las preciosas gitanillas que cuelgan hasta el alféizar de su casa, en la calle Diego Méndez número 5, en el popular barrio de la Magdalena.
En pleno corazón de la Axerquía Norte, este matrimonio de septuagenarios se alegró mucho con el fallo del jurado del concurso popular de rejas y balcones que organiza el Ayuntamiento de Córdoba y que premió a sus balcones, de estilo francés con espesas matas de gitanillas chinas. «Llevo 35 años cuidando mis balcones y no dejo las gitanillas crecer más porque la gente las arranca al pasar», aseguró Miguel, que además «tiene la terraza preciosa de macetas, porque le encanta la jardinería», como apuntó con cariño su esposa.
El segundo premio del concurso, el balcón y la reja de la calle Manuel Soro «Tinte» número 3, también se ha quedado en esta zona tranquila, de casitas bajas e iglesias fernandinas –San Lorenzo y San Agustín–, desconocida para los turistas pero donde permanece la esencia de los piconeros, artesanos y plateros cordobeses que durante los siglos pasados habitaban en ella.
Está registrado el año 1919 como el primer concurso de escaparates y balcones adornados promovido por el alcalde de la ciudad de entonces, Francisco Fernández de Mesa, que premió las primeras decoraciones florales de las fachadas.
Este año han sido 25 los participantes, la mayoría de las rejas saledizas, los típicos barrotes que sobresalen de la pared que, junto a balcones franceses, con hueco para las flores, no solo llenan de color los patios, sino todas las callejuelas de Córdoba en mayo. Un espectáculo que sigue acaparando la atención de los visitantes que llenan el entorno monumental de la ciudad.
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