Jaén

Cuando un hospital público «se cae a pedazos»

La plataforma por la defensa de la sanidad de Jaén reclama a la Junta «inversiones urgentes»

Imagen de una de las manifestaciones convocadas por la Plataforma por la Defensa de la Sanidad Pública y de Calidad de Jaén
Imagen de una de las manifestaciones convocadas por la Plataforma por la Defensa de la Sanidad Pública y de Calidad de Jaénlarazon

La plataforma por la defensa de la sanidad de Jaén reclama a la Junta «inversiones urgentes»

«Si la sanidad pública andaluza en general está sufriendo un grave deterioro, en Jaén está siendo tremendísimo». Habla Andrés Gómez y lo hace con voluntad de lograr una reconstrucción en común después de techos que se derrumban, carreras hospitalarias y alimentos para enfermos que no se pueden comer. Es el portavoz de la Plataforma por la Defensa de la Sanidad Pública y de Calidad jiennense que reclama inversiones sanitarias para ese punto del mapa andaluz, imbatible en «sustos importantes» en lo que va de año. Goméz se los resume a LA RAZÓN. Para arrancar explica que el hospital Neuro Traumatológico, ubicado dentro del complejo hospitalario de la ciudad, «tiene 60 años» y «la empresa privada que se encarga de su mantenimiento no hace un trabajo preventivo, resuelve sólo lo que está averiado». En ese contexto, «las enfermeras llevaban un año avisando de goteras en los aparatos de aire del techo de una unidad de cuidados intensivos (UCI), los latiguillos –tubos de enlace de conductos– funcionaban mal y el pasado enero reventó uno provocando quemaduras de segundo y tercer grado en gran parte del cuerpo de una paciente de 65 años, incluidos pecho, abdomen, cara y brazos, que había sido operada de la cabeza y estaba entubada y sedada cuando aquello sucedió». En la misma UCI un mes después hubo otro incidente similar «en la sala de descanso de los enfermeros, con la suerte de que 15 minutos antes había finalizado la sesión clínica que se produce en cada cambio de turno de trabajo, si no, unos cuantos se hubieran achicharrado», lanza. Pero el día fue movidito y un tercer latiguillo la armó esa vez «en el almacén del material clínico de la UCI», provocando que «elementos de alto coste como marcapasos o catéteres tuvieran que tirarse a la basura». Hay más. El pasado viernes la rotura de un depósito hizo que se inundara la unidad de esterilización del hospital. El agua «alcanzó un quirófano de la quinta planta específico para prótesis de cadera», con la fortuna, de nuevo, de que «nadie iba a ser intervenido en ese momento», relata Gómez.

Desde la gerencia del centro hospitalario y el Servicio Andaluz de Salud (SAS) se ha trasladado que se trabaja para cambiar «todos los latiguillo del sistema de calefacción» tanto del área afectada como de otras vinculadas a los servicios de Urgencias. Aseguran además que se investigan las causas de lo que califican como «hechos aislados». Pero la plataforma por la defensa de la sanidad no está de acuerdo. Sus integrantes creen que lo sucedido podrían ser los primeros síntomas de una enfermedad: la mala gestión. Tienen claro que «se necesitan inversiones urgentes porque los edificios se caen a pedazos».

Y los problemas no acaban ahí. El portavoz suma «otro grave» con «la empresa que provee de alimentos, incumplidora, a todas luces, del pliego de condiciones del contrato». Dice que «el mal estado de los alimentos» ha obligado a los cocineros a «tener que variar los menús constantemente e incluso, en ocasiones, a dar de comer embutidos a los pacientes». Junto a ello, «las mujeres del servicio de limpieza van corriendo por los pasillos porque no llegan» y «el hospital Médico Quirúrgico de Jaén es el único de España que aún tiene habitaciones con tres camas a 75 centímetros de distancia y separadas por una cortina». A la falta de intimidad evidente, se añade que ese «hacinamiento» conlleva «un aumento de las infecciones intrahospitalarias, del uso de medicamentos para tratarlas y, por tanto, del gasto». Se elaboró un plan para combatir esa realidad que suponía la creación de 64 puestos de trabajo más un ahorro de siete millones de euros al año y que pasaba por usar «dos plantas infrautilizadas del hospital Doctor Sagaz, conocido como ‘el Neveral’». Llegó al Parlamento autonómico en forma de proposición no de ley (PNL) y se aprobó, sin el respaldo del PSOE, pero «no se ha hecho nada», censura Gómez.