Historia

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De Mariquita Pérez a Torrebruno: la infancia bajo el Caudillo

«Los niños de Franco» rescata cómo vivieron nuestros padres y abuelos

Fotografía habitual de los niños de los años 40, 50 y 60
Fotografía habitual de los niños de los años 40, 50 y 60larazon

La España de la época franquista sigue siendo una mina «vintage» inagotable. Conocer cómo vivieron nuestro padres y abuelos es una curiosidad desde que un día aparece la caja de las fotos por casa y se tira del hilo de la memoria. La canción del Cola-Cao, Mariquita Pérez; «Matilde, Perico y Periquín»; la piola; el Padre Ripalda; la Sección Femenina; el Día de la Banderita o el de la Primera Comunión, son el marco general para millones de españoles que, en mayor o menor medida, vivieron durante las tres décadas y media que duró la dictadura. De eso trata «Los niños de Franco» (Lunwerg) de Xavier Gassió, que hoy sale a la venta.

Un retrato exhaustivo de varias generaciones sobre 400 fotografías de la época que ilustran los 16 capítulos de la obra. La religión, la escuela, los juegos, la familia o el ocio planteados desde un punto de vista a veces irónico pero siempre entrañable de un mundo con menos libertad, pero donde los más pequeños eran más espontáneos y vivían en un ambiente políticamente «menos correcto», asegura el autor.

En contra de lo que pudiera parecer a simple vista, el mundo de la postguerra no es en blanco y negro como se piensa habitualmente, asegura el autor, que señala que «estamos acostumbrados a pensar que era de esa manera por las fotografías» pero en realidad no es así. Aunque pueda parecer que se trata de un friso continuo, hay muchas diferencias entre los niños que nacieron en los años cuarenta y los de los sesenta. Se aprecia especialmente en la publicidad, ya que la de los primeros años se centra en asuntos de salubridad, de higiene personal o aconseja cómo mejorar la alimentación. En definitiva, busca lograr la supervivencia de un país arrasado por la Guerra Civil en el que la tasa de mortalidad infantil era del 37%. A medida que pasan los años, el objetivo es vender, aumentar el consumo, fomentar el turismo, nos vamos haciendo ricos y cambian los hábitos de los niños, que ya no juegan sólo en la calle con lo que se encuentran. Una infancia marcada por la escuela y la religión en la que todo es pecado, todo está prohibido y el Estado domina la vida de principio a fin. Pese a ello, Gassió mantiene que «había mucha más libertad, en ciertos sentidos, que ahora», junto a un optimismo innato en los menores. Un vistazo permite darse cuenta del país «naïf» en el que se vivió hasta casi finales de los sesenta. Niños muy distintos según el origen en el que hubieran nacido, puesto que los que vivían en un ámbito rural sufrían más la pobreza, aunque por contra disfrutaban más del medioambiente. Además, como se ve en algunas de las fotografías, el sentido del tiempo era distinto y los más «pequeños no estaban sometidos a tanta presión como sucede ahora». Para los que nacieron en esa época será un ejercicio de nostalgia y para los más jóvenes ,una ventana a aquel tiempo.