Política

Andalucía

Del fuego, la ceniza y lo celeste

Francisco Toscano apostó por Sánchez cuando había sido defenestrado por la Ejecutiva socialista / Foto: Ke-Imagen
Francisco Toscano apostó por Sánchez cuando había sido defenestrado por la Ejecutiva socialista / Foto: Ke-Imagenlarazon

El ave fénix, sobreviviente de sus cenizas, fue mencionada con reiteración por los teólogos medievales para probar la resurrección de la carne; la salamandra fue representada como una nítida muestra de que en el fuego pueden vivir los cuerpos y San Agustín, por último, trató en sus escritos sobre la capacidad de los cuerpos de ser perpetuos en el fuego. Francisco Toscano, alcalde eterno de Dos Hermanas (Sevilla), tiene algo de tres de las cualidades anteriores. De ave fénix, por Pedro Sánchez, su hijo político y putativo; de saurio resistente a la brasa y de santo agustino e infinito.

Toscano, perenne en su cargo de la Alcaldía nazarena, nació hace 70 años en Sevilla. Si todo va bien, tal como se espera, y gana las próximas elecciones municipales, sumará 40 años como alcalde de Dos Hermanas. Denle ahí a la rueca. Probablemente, de hacerlo, marque la plusmarca en todo el orbe occidental como el dirigente más duradero de la historia de una democracia europea. «Quién lo habría dicho, Quico...», describe Tomás, un técnico de construcciones de Dos Hermanas que reposa el café en un banco de la plaza del ayuntamiento. «Toscano es más zorro que lince, sabe más que ve», añade Tomás.

Para Tomás, que ahora está comiéndose unas pipas de un cartucho, Toscano «supo anticiparse a todo». Apoyar a Sánchez, viene a decir este perito nacido en Morón, era predecir que España iba a convertirse «en un cirio». Y Cataluña es la mecha. «Toscano sabe ser el centro y sabe comportarse como la izquierda; se las sabe todas en cada instante».

Estar con Sánchez cuando había sido defenestrado por la ventana de Ferraz era conocer las aleaciones de la ceniza, maquinar la confección del Golem y resucitar al líder. Nadie permanece 40 años en un mismo sillón si no ha establecido un pacto con el polvo, un acuerdo con la divinidad del espíritu. Toscano en su esencia.

La agrupación del PSOE de Dos Hermanas, partido que gobierna ininterrumpidamente la ciudad desde 1983, dio el pasado martes su respaldo a la conformación de la candidatura socialista al Congreso y al Senado para las elecciones del 28 de abril por la circunscripción de Sevilla. A falta de ser transmitida a los órganos superiores, la nómina contempla a aliados sempiternos de Sánchez, el antiguo protegido de Toscano. Y ahí estará Francisco Salazar, divinidad en Montellano, con el apoyo de un 98,5% de la asamblea nazarena. La estirpe está echada.

La supervivencia de Toscano al frente del Ayuntamiento de Dos Hermanas, ciudad de casi 135.000 almas, tiene algo del diplodocus de Augusto Monterroso, que cuando despertó todavía estaba allí. En los fuegos de la política, el alcalde siempre ha sabido permanecer mientras han pasado todos los demás. Escuredo, Borbolla, Chaves, Griñán, Susana Díaz y lo que le falte a Moreno Bonilla. Salta a la vista que, ante tales fuegos, la supremacía de la piel gruesa ha predominado como la mugre se gana a la uña.

«A Toscano lo ha iluminado el don de la oportunidad», alega Manuel, estudiante de Derecho que desayuna media con jamón y café en uno de los bares que recorre la calle adyacente al ayuntamiento. Hace un rato ha pasado Toscano por aquí. Este cálido invierno ha adelantado la vida aviar. Los pájaros cantan más sonoramente en esta calle sombreada y ya se oyen incluso las primeras golondrinas. «El alcalde ha convivido con Felipe y con Zapatero, con Aznar y con Rajoy, y a todos ha sobrevivido», detalla este joven que duda entre votar a uno o a otro partido, dice, en las generales. En las municipales, la duda ofende.

El don de la perpetuidad conlleva una cualidad previa, la longevidad y, cómo no, la existencia en conllevancia. Toscano nació en 1949, pero su estrella política no reconoce el año como unidad de medida temporal. El reino de Toscano no es de este mundo, pertenece al de los paleontólogos. Hay fósiles que han resoplado después que él. Y ahí sigue el alcalde, pertinaz como una piedra, en la batalla de la política ibérica desde un rincón de una provincia andaluza que llena más hipódromos que muchas capitales de provincias de España.

Si Pedro Sánchez renació en el acto de Dos Hermanas después del golpe que le asestó Susana Díaz en la Comisión Federal fue, por darle el tirabuzón al relato, para demostrar que Toscano seguía sabiendo el arte de pisar descalzo las brasas del aparato, la máquina magna que recorre desde Pulpí a Ayamonte. El próximo fuego son las elecciones generales. La última santidad, la de las próximas municipales.