El fuego de la Sierra de Gádor ha arrasado 1.600 hectáreas

El incendio, originado el sábado, fue estabilizado por la tarde

El primer gran incendio del verano se declaró el sábado en la Sierra de Gádor, concretamente en el municipio de Terque (Almería). Las dificultades para acceder a la zona, por lo escarpado del terreno, dificultan las tareas de extinción, aunque se ha dado por estabilizado. El domingo por la mañana se afrontó un período de crisis debido a las altas temperaturas, que favorecieron su propagación a otros cinco municipios colindantes: Énix, Alhama, Alboloduy, Huécija e Illar, según informó el servicio de Emergencias 112 en un comunicado. En las horas críticas se requirió la intervención de la Unidad Militar de Emergencias (UME). Por la tarde, la dirección operativa del Plan Infoca decidió rebajar de nivel dos a uno la situación del Plan de Emergencias debido a la evolución favorable del fuego.

Hasta el Centro de Defensa Forestal de Alhama, donde está instalado el Puesto de Mando Avanzado, se desplazaron la consejera de Agricultura, Carmen Crespo, y el viceconsejero de la Presidencia, Administración Pública e Interior, Antonio Sanz. Crespo informó de que el fuego ha arrasado por el momento 1.600 hectáreas y explicó que había sido «perimetrado» y quedarían algunos puntos calientes internos. No obstante, estaría cerca de estabilizarse tras la alerta matinal, debido a que el incendio «creció mucho» durante la noche.

El dispositivo del Infoca estuvo integrado por quince medios aéreos, seis autobombas y más de un centenar de efectivos. Por parte de la UME se movilizaron 62 profesionales y 19 vehículos especiales. También participa en la extinción el Grupo de Emergencias de Andalucía (GREA), con tres técnicos y cinco agentes en cuatro vehículos, para colaborar en las labores de soporte técnico, cartográfico y de comunicaciones. El dispositivo se completa con técnicos y asesores desplazados de 112 Almería, efectivos de Guardia Civil, el Cuerpo Nacional de Policía, los Bomberos del Consorcio y la Unidad de la Policía Nacional Adscrita.

Los trabajos se centraron en intentar que las llamas no saltaran al barranco al ser zonas «más secas y escarpadas» con el objetivo de que no se dificulten aún más las labores de extinción.