PSOE

Díaz encara el Congreso regional en plena guerra fría con los «sanchistas»

El sector afín al secretario general reclama la reducción de avales necesarios de cara a los cónclaves provinciales

Susana Díaz, con Mario Jiménez y Juan Cornejo, junto al autobús que utilizó Felipe González en la primera campaña electoral
Susana Díaz, con Mario Jiménez y Juan Cornejo, junto al autobús que utilizó Felipe González en la primera campaña electorallarazon

El 13 Congreso Regional del PSOE del que saldrá ratificada Susana Díaz como secretaria general de la formación guarda pocas incógnitas. A la líder andaluza le funcionó la convocatoria exprés para evitar un candidato alternativo y tiene manos libres para componer la nueva Ejecutiva porque el sector afín a Pedro Sánchez ha salido de los «congresillos» previos con un respaldo que se traduce en menos del diez por ciento de los compromisarios. La situación, por tanto, es cómoda para la jefa del Ejecutivo andaluz, aunque el patio socialista no es precisamente una balsa de aceite. Ni susanistas ni sanchistas tienen intención de librar una guerra cuerpo a cuerpo, pero sí se palpa en el cónclave una guerra fría entre los dos bloques que surgieron de las primarias del pasado mes de mayo y que perdió contra pronóstico Susana Díaz. Una guerra fría que se visualiza tanto en las formas como en el debate de fondo.

La puesta en escena del Congreso ya supone una andanada a Pedro Sánchez porque rinde tributo a las vacas sagradas del PSOE que apoyaron a Díaz en su carrera frustrada hacia Ferraz. La exposición fotográfica «Un gran partido para un gran pueblo» emplazada en el mismo hotel donde se celebra el cónclave conmemora los 40 años de la federación socialista andaluza, creada en diciembre de 1977. Repasa los hitos más importantes del socialismo en estas cuatro décadas y sirve al mismo tiempo de reconocimiento a la trayectoria de dirigentes históricos andaluces como Felipe González y Alfonso Guerra, que han mostrado su abierta discrepancia con el secretario general del PSOE. De hecho, el tiro de foto que eligió Díaz para posar ayer fue delante de un autobús «double-decker» londinense aparcado a las puertas del Congreso y que utilizó Felipe González durante su primera campaña electoral. Nada escapa al azar. Asimismo, el ex vicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra acudirá probablemente hoy al Congreso después de su salida de la Fundación Pablo Iglesias y de haber rechazado la presidencia de honor que le ofreció Pedro Sánchez como consolación. Con la asistencia anticipada Guerra evita además coincidir con el secretario general de los socialistas, que tiene previsto acudir mañana a la jornada de clausura.

El lema del Congreso es «Andalucía, la fuerza socialista», pero tampoco es casual que en las banderolas que cuelgan del plenario la palabra repetida, a gran tamaño, sea igualdad. El PSOE de Susana Díaz se resiste a asumir el concepto de plurinacionalidad que se aprobó en el último Congreso Federal porque aunque suavice el discurso oficial lo que entiende es que abre la puerta a asimetrías entre los territorios que pueden lesionar a la comunidad. El PSOE-A ha ensayado algunos conceptos como federalismo cooperativo. Desde la dirección regional insisten en que acatan lo aprobado en el 39 Congreso Federal del mes de junio, aunque reclaman al mismo tiempo que se respete la libertad de opinión y de pensamiento dentro de la organización. Una postura que el PSOE-A lleva hasta las últimas consecuencias porque en la ponencia marco no hay ninguna alusión al mencionado carácter plurinacional del Estado. La única referencia válida que contemplan es la Declaración de Granada que impulsó Alfredo Pérez Rubalcaba y que sirvió para aunar posturas, al menos transitoriamente, entre el PSOE y el PSC.

Cuando subirá la tensión será en los congresos provinciales que se celebrarán a la vuelta del verano. Se da por hecho que habrá listas alternativas y una mayor oposición del sanchismo, que entonces hará valer con más fuerza el 30 por ciento conseguido en la región en las primarias del mes de mayo. El éxito dependerá de la capacidad para rearmarse y de una batalla que ya están empezando a librar: la reducción del porcentaje de avales necesarios para concurrir en los procesos. Una petición que por otra parte denota una debilidad de los leales al secretario general. En este sentido, militantes sanchistas pidieron ayer a través de la Plataforma Socialista de Sevilla que este porcentaje de avales necesario pase del 20 por ciento actual al tres para dar cumplimiento a las resoluciones del 39 Congreso Federal. «Lucharemos por la regeneración de los liderazgos provinciales, exigiendo que los próximos procesos se rijan según lo aprobado en dicho congreso, en el que se acordó rebajar la cifra al 3 por ciento para de esta forma generar mayor participación y facilitar la igualdad de condiciones de todos los candidatos y candidatas».