El Defensor del Pueblo reclama un “paquete básico de ciudadanía” con renta básica, techo digno y suministros

Jesús Maeztu renueva su cargo por otros cinco años reivindicando la necesidad de la institución “para defender los derechos de los andaluces”

“Es libre el que vive según elige”. Esa cita del mayor de los Machado pronunciada hoy por Jesús Maeztu tendría su traducción a la realidad cotidiana en tres pilares que también nombró el Defensor del Pueblo en su toma de posesión: “renta básica, techo digno y un suministro de luz y agua garantizados como paquete básico de ciudadanía”. Sin ellos, resulta complicado que los ciudadanos se reconozcan como tal y, más difícil aún que tengan capacidad de elección en su vida.

Delante del presidente de la Junta, Juanma Moreno, el vicepresidente, Juan Marín, y la presidenta del Parlamento, Marta Bosquet, entre otras autoridades, Maeztu ha reconocido que “no existe mayor honor que seguir defendiendo los derechos de los andaluces” los próximos cinco años. “La única esclavitud que me someto es a la de mis principios y valores”, ha advertido citando a otro ilustre poeta, Luis Eduardo Aute.

El Salón de Usos Múltiples del Parlamento se llenó de representantes políticos, colaboradores y familiares del nuevo Defensor, que prometió su cargo después de un año ejerciendo en funciones.

Las cuitas políticas habían impedido renovarle hasta el momento. Finalmente, la semana pasada se aprobó su nombramiento sin ningún voto en contra. Esa incómoda situación y los ataques de Vox -que pedía su desaparición alegando que existe duplicidad con el Defensor del Estado, Francisco Fernández Marugán, también presente en el acto- han tenido hoy su respuesta por parte de Maeztu, sutil, pero claro en sus valoraciones.

El que será Defensor del Pueblo Andaluz los próximos cinco años ha comenzado su discurso recordando sus cinco décadas de servicio público, una vocación cuya “semilla la puso mi madre”, y ha advertido que su puesto “no es una canonjía ni un retiro dorado, es una gran responsabilidad”. Ante las voces que han puesto en entredicho su continuidad, y sobre las que no se había pronunciado, solo ha dejado caer que “hoy me siento con la misma fuerza, energía y pasión que tiempo atrás”. Maeztu ha reivindicado la necesidad de una institución fundamental “para defender los derechos de los andaluces”. “No sobra”, ha insistido, aludiendo a la propuesta de Vox.

El Defensor, acostumbrado a ponerse del lado ciudadano cuando se enfrenta a la Administración, ha ejercido de conciencia de los políticos avanzando las líneas de su mandato: la inmigración, la discriminación de la mujer, la infancia, la turistificación de las ciudades o la “Andalucía abandonada”, de la que ha destacado que parten la mayoría de las quejas que recibe.

Bosquet, por su parte, ha resaltado la importancia de la institución para poner voz al que no la tiene y ejercer “control” sobre las administraciones públicas. “La actuación de la Administración a veces supone un menoscabo de los derechos ciudadanos”, ha reconocido, y ha hecho una “llamada de atención a las instituciones y servidores públicos para que colaboren con el Defensor”.