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Sevilla

El Derbi se juega leyendo

Anécdotas, reflexiones y crónicas para entender la rivalidad Sevilla/Betis.

Joaquín y Vitolo, dos de los futbolistas que previsiblemente estarán en el terreno de juego el martes.
Joaquín y Vitolo, dos de los futbolistas que previsiblemente estarán en el terreno de juego el martes.larazon

Anécdotas, reflexiones y crónicas para entender la rivalidad Sevilla/Betis.

El fútbol toca sentimientos como ningún otro deporte, hasta el punto de marcar la vida de los aficionados a unos colores desde su más tierna infancia. Si un niño en el colegio anuncia que se pasa al rival después de haber defendido al contrario durante años será visto como un traidor. Así de contundente. Con este panorama, cuando los antropólogos del futuro investiguen las costumbres y rituales de nuestra civilización, calificarán los restos de los estadios como los últimos vestigios de una religión global. Lo que sí sabremos, con toda probabilidad, es que la animadversión entre béticos y sevillistas se mantendrá intacta en la capital andaluza por mucho que hayan caído el resto de dioses de nuestro panteón mundano.

El próximo martes se enfrentan ambos equipos en el primer partido de la Liga, lo que significa que béticos y sevillistas ya han comenzado con la liturgia necesaria para calentar el partido. En realidad, mucho más que el resultado, lo que gusta en Sevilla son los previos al encuentro donde la rivalidad se alimenta en mayor o menor grado según el nivel de civismo de los aficionados. El trayecto que va desde la guasa simpática al mamporro sirve para medir las neuronas de unos y otros. Para hacer boca, e incluso quedarse en casa leyendo sin hacer caso a lo que pasa en el campo, llega un libro único sobre fútbol que se sale de las gradas para entrar en la intimidad del aficionado y que sirve para explicar una ciudad. ¿De nuevo una teoría sobre Sevilla? Puede que sí, porque la contradicción es su gasolina y ésta no se acaba nunca. Macarena/Esperanza de Triana, Feria/Semana Santa, pijos/ «canis», Arenal/Alameda... «El derbi final. Relatos sobre la rivalidad del fútbol sevillano» recoge las impresiones de 28 escritores, periodistas, poetas, cineastas, actores, profesionales y futbolistas que aportan su visión y experiencia sobre ese binomio inseparable que es Sevilla/Betis.

Lo publica la editorial «El Paseo», que comanda David González Romero y cuenta con un prólogo jugoso, para abrir boca, de Francisco Correal. La selección de los relatos y autores se ha hecho de manera equitativa, 14 por cada equipo, según el criterio de los seleccionadores: Joaquín DHoldan, José Ibáñez, Manuel Machuca y John Julius Reel, que han confeccionado dos escuadras basadas en la pertenencia sentimental «nervionense» o «heliopolitana». Han entrado en la convocatoria, entre otros, León Lasa, Coke Andújar, Julio Muñoz Gijón @Rancio, Manuel Machuca, Gervasio Iglesias, Fernando Iwasaki y Aquilino Duque.

«El derbi final» tiene la virtud, aunque parezca extraño decirlo, de ser un libro entretenidísimo que habla de fútbol si quiere el lector que así sea o no, porque también es un retrato social de una ciudad, una crónica urbana, puede también convertirse en un texto de humor, en una confesión íntima o en un estudio sociológico de los sevillanos. Quizás sea todo eso o sólo una colección recuerdos futboleros contados con una honda calidad literaria, dependerá del lector llegar a uno u otro destino. Es ahí donde se encontrará la grandeza de un trabajo realmente sorprendente e insólito, que admite heterogéneas lecturas y consideraciones, porque son muchas las capas que se encuentran en él. Escribe Francisco Gallardo un cuento protagonizado por el Doctor Blanco, bético que defiende que su equipo fue creado por Dios al octavo día, que Curro Romero torea con una camiseta verdiblanca debajo de los alamares o que Gordillo hubiera sido un modelo de filosofía para Aristóteles...; o había nadie más del Betis hasta que le proponen ser médico del Sevilla Fútbol Club. «Déjeme pensarlo, mi suegra es bética. Te mato, le dijo cuando se enteró. Al día siguiente cambió de opinión, su hija le prometió, con el dinerito que iba a ganar su marido, veranear tres meses en Palma de Mallorca como los artistas». Para que luego hablen de la literatura de la experiencia. Otra pincelada: «Siete mil voces con mi lengua, con mi acento y con mi mismo corazón estarán esta noche en Varsovia cantando como cantamos y marcando el compás por sevillanas. El estadio será un tablao. Y los niños volverán a bailar y cantar su fútbol como los Montoya en un bautizo gitano». Así cuenta J. Félix Machuca el sentir de un aficionado que ha pasado décadas en la derrota y desde hace más de una disfruta recolectando copas. Como estos hay otros párrafos gloriosos que cuentan noches de euforia y derrota, tertulias interminables, jugadas decisivas, esperanzas rotas o visiones externas del fenómeno que coinciden muy bien con lo que realmente se respira ya dentro y fuera de casa.

Sevilla no es una ciudad fácil en ninguna de sus realidades, pero en lo futbolístico para alcanzar la gloria es necesario que exista un rival y si este comparte territorio urbano mejor, de manera que esta relación amor/odio se produce en Sevilla como en ningún otro sitio. Durante su lectura le vendrán a la mente muchos rostros familiares que podrían protagonizar cualquiera de los textos que se recogen, ya que hay mucho de realidad cotidiana en sus páginas. Se trata de literatura a ras de calle, sencilla pero con un mensaje muy potente. Es más, puede que no les guste el fútbol ni que lo entiendan, puede que a lo mejor tampoco leer les entusiasme demasiado pero «El derbi final» (quizás porque en la ciudad todo trasciende, nada se queda en lo aparente pues se vive en lo accesorio más que en lo importante) rompe las barreras del tema principal para llegar a espacios cercanos a lo íntimo hasta constituir uno más de los títulos necesarios para tratar de comprender está Sevilla por la que corre el Betis.