Autonomías

El Ejecutivo andaluz encara sus terceros presupuestos expansivos

La presidenta señala que las cuentas están «avanzadas» e incide en educación y sanidad

Susana Díaz, junto a Juan Cornejo y Mario Jiménez, ayer en el Parlamento andaluz
Susana Díaz, junto a Juan Cornejo y Mario Jiménez, ayer en el Parlamento andaluzlarazon

La presidenta señala que las cuentas están «avanzadas» e incide en educación y sanidad

La presidenta de la Junta, Susana Díaz, compareció ayer, como es tradicional en el arranque de curso, ante los miembros de su grupo parlamentario. Trazó la hoja de ruta para los meses venideros y avanzó que las próximas cuentas serán expansivas. No concretó la cifra, aunque se trataría de los terceros presupuestos de la etapa de la recuperación económica que siguen una senda alcista: 2016, 2017 y 2018.

El Ejecutivo andaluz, durante la crisis económica que arrancó en el año 2007, ha tenido que rebajar las expectativas de gasto condicionado por dos aspectos fundamentalmente: el cumplimiento de la senda de déficit impuesta por Bruselas (el próximo año el umbral será del 0,4 por ciento), y la caída de los ingresos tributarios que provocó el desempleo galopante y la contracción del consumo. El primer presupuesto que le tocó cerrar a Susana Díaz, el de 2014, fue duro debido a que aún coleaba el Plan de Reequilibrio Económico Financiero del año 2012, que supuso un impacto global de 2.000 millones de euros y entrañó medidas severas, como el recorte de las pagas extra de los funcionarios. Tal es así que el gasto global sufrió una contracción del 3,5 por ciento y el gasto no financiero –esto es, descontando el desembolso en pago de deuda– bajó el 2,8. Las primeras cuentas en las que Díaz pudo tomar algo de oxígeno fueron sin embargo las de 2015. El desempleo ya llevaba casi un año de bajada sostenida y, al menos, la Junta paró la tendencia negativa. El montante global subió algo, en concreto dos millones de euros (hasta los 29.625), un 1,2 por ciento si se toma como referencia el gasto no financiero, pero eso no permite hablar de cuentas expansivas.

En puridad, los presupuestos realmente expansivos fueron los de 2016, los primeros que sacaron adelante PSOE y Ciudadanos, y que incluyeron medidas que apuntaban a la recuperación, como la bajada de dos puntos del IRPF. El incremento fue de un 5,6 por ciento en términos globales, un 3,6 por ciento de gasto no financiero. Las cuentas volvieron a pasar el techo de los 30.000 millones, como pasaron también las de este año 2017, pactadas asimismo entre PSOE y Ciudadanos, y que crecieron un 6,2 en global, el 2,8 si se tiene en cuenta el gasto no financiero. La diferencia entre estas dos magnitudes es tan abultada debido al crecimiento exponencial del coste del pago de la deuda, que se ha incrementado un 43 por ciento, hasta superar incluso la partida de inversiones.

Éste es por cierto uno de los principales talones de Aquiles del Ejecutivo andaluz a la hora de perfilar unas cuentas que Susana Díaz dijo ayer que están «avanzadas». Aún hay tiempo, ya que el proyecto de ley debe entrar en la Cámara autonómica antes del 31 de octubre. No obstante, está pendiente la negociación con Ciudadanos que ha pedido como condición «sine qua non» la exención del pago del impuesto de sucesiones a las herencias de hasta un millón de euros. Susana Díaz reiteró ayer su apuesta por los capítulos de sanidad y educación.