Teatro

Teatro

El monarca trastabillado

La directora y actriz Magüi Mira se adentra en uno de los montajes más atrevidos del panorama escénico nacional con «El discurso del rey»
La directora y actriz Magüi Mira se adentra en uno de los montajes más atrevidos del panorama escénico nacional con «El discurso del rey»larazon

El Teatro Lope de Vega de Sevilla acoge hasta el domingo uno de los montajes más atrevidos del panorama escénico nacional de la mano de la directora y actriz Magüi Mira. «El discurso del rey», la versión teatral de la historia que David Seidler escribió sobre la tartamudez del monarca Jorge VI de Inglaterra, es una pieza que va más allá de lo que a priori se puede pensar después del éxito que tuvo la película homónima de Tom Hooper, porque pone de relieve otras aristas más profundas sobre el poder, el miedo, la amistad y la condición humana gracias a un elenco formado por Adrián Lastra, Roberto Álvarez, Ana Villa, Gabriel Garbisu, Lola Marceli y Ángel Savín.

La Inglaterra del periodo de entreguerras vivía en estado de shock tras el fin del la Gran Guerra pese a la victoria frente Alemania. La sociedad seguía preguntándose cómo se había podido llegar a aquel punto de destrucción masiva y en especial aquellos que habían visto el horror en las trincheras del continente. Muchos de aquellos ex combatientes perdieron la capacidad de hablar con normalidad una vez que volvieron a la vida civil, eran incapaces de expresar lo que sentían, algo que no se podía permitir un príncipe. Sin embargo, pese al oropel y el armiño, debajo de la corona había un ser humano como otro cualquiera que se dejó en manos de las extravagantes técnicas del terapeuta Lionel Logue para poder hacerse con el poder de Gran Bretaña tras la abdicación de Eduardo VIII. Sobre la base de un texto histórico, Seidler «cuenta una historia de superación personal, su interés nunca estuvo en la monarquía ni nada parecido, lo que pasa es que el destino puso a ‘Berti’ en la encrucijada de tener que asumir el trono. Estaba obligado a superar una tara y es cuando aparece otro personaje, un australiano, actor fracasado, que está en las antípodas del rey», confiesa Mira. Ambos acaban encontrándose en un ejemplo de que las barreras de sangre y clase social no son más que meros argumentos para separar a los hombres. Seidler, que también era tartamudo, escribió esta historia como homenaje al héroe que para él fue el monarca británico y se la enseñó a Elizabeth Bowes-Lyon, la Reina Madre, quien la aprobó con la condición de que saliera a la luz una vez que ella hubiera muerto.

«Me enamoré del texto teatral en Helsinki durante una representación, antes de ver la película, y puedo decir que no tiene ninguna dependencia. Cuenta la misma historia pero desde un punto de vista diferente, porque puedes poner el foco donde más te interese, puedes iluminar esta historia desde distintos prismas», explica la directora que destaca el trabajo con los actores desde la libertad de trabajo de ellos mismos. «Después de más de 30 años como actriz puedo decir que desde la presión no se saca lo mejor de mí, no creo que con los gritos se solucione algo, pero sí desde las propuestas y el diálogo con un reparto talentoso e inteligente».

El espectador se encontrará con un texto muy directo que les «zarandeará» desde el humor, la ternura, la angustia y la alegría. Se trata de «un goce de participar de todas estas emociones sin olvidar el pensamiento que hay detrás del texto», de la lucha por la normalidad entre dos hombres iguales en esencia a los que la Historia y el destino pusieron en posiciones de salida distintas pero que luego se encontraron. Un rey en horas bajas mantiene el trono y la estabilidad de Gran Bretaña gracias a un actor fracasado.