Andalucía

El otro 28F: de la «lealtad institucional» a las protestas

Casi 1.500 manifestantes desafían a la lluvia en la calle «ante la situación de precariedad y exclusión que asola al pueblo andaluz»

El diputado de Unidos Podemos Diego Cañamero, ayer en la manifestación
El diputado de Unidos Podemos Diego Cañamero, ayer en la manifestaciónlarazon

Cada 28 febrero se lanzan consignas más allá de la dialéctica política diaria. Las intervenciones institucionales, con constantes llamadas al entendimiento y referencias a los logros conseguidos, se mezclan con las protestas en la calle que intentan desmontar los discursos de los gobernantes. Es el otro 28F, el que se vive en los patios del Parlamento y en los alrededores del Teatro de la Maestranza de Sevilla, antes, durante y después de los actos oficiales.

En la tribuna de invitados de la Cámara se dieron cita desde viejos conocidos de la batalla política regional, como el vicesecretario de Política Autonómica y Local del PP, Javier Arenas, hasta líderes nacionales como Alberto Garzón, coordinador general de IU. Todos bajo una misma bandera, la verde y blanca, aunque solo sea por unos momentos. En los muros del antiguo hospital de las Cinco Llagas retumbaron los primeros mensajes de unión y concordia. El delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, subrayó el «compromiso pleno» del Ejecutivo central con la comunidad autónoma en una jornada que «siempre es de reivindicación e inconformismo». Pese a todo, Sanz subrayó que la región «ambiciona seguir avanzando» y apuesta por «seguir haciendo un esfuerzo como proyecto común de España por la solidaridad y la igualdad».

En este sentido, agregó que en los últimos años el Ejecutivo de Mariano Rajoy «ha estado continuamente cooperando con lealtad con la Junta para ayudar al saneamiento financiero y a regular la financiación», un asunto que también agitaron el presidente del Parlamento, Juan Pablo Durán, y la propia jefa del Ejecutivo autonómico, Susana Díaz. Sanz apuntó que, desde el Gobierno del PP, «se ha aportado más de 40.000 millones de financiación extra».

En la calle, la intensa lluvia y las rachas de viento no impidieron que casi 1.500 personas, según estimaciones de la Policía Nacional, participaran en la protesta unitaria convocada por las Marchas de la Dignidad, bajo el lema de «La Andalucía que lucha, a la calle». La manifestación partió de la estación de trenes de Santa Justa y concluyó frente al Teatro de la Maestranza, bajo un mar de paraguas e impermeables y encabezada por un tractor con un remolque, con mensajes como «En defensa de la autonomía, del trabajo y la dignidad del pueblo andaluz». Garzón se desplazó del Parlamento hasta la marcha, junto al coordinador regional de IU, Antonio Maíllo, y su homóloga de Podemos, Teresa Rodríguez. También se dejaron ver el diputado de Unidos Podemos Diego Cañamero y el alcalde de Marinaleda, Juan Manuel Sánchez Gordillo. La protesta aunó a mareas, fuerzas sociales, sindicales y políticas de la región que apostaron por la lucha en la calle «ante la situación de precariedad y exclusión que asola al pueblo andaluz». También se reclamó una mejor sanidad y educación, además de rechazar el actual sistema de pensiones, así como «los despidos, las rebajas de salario y las condiciones de trabajo indignas en empresas y administraciones públicas».

Entre otros colectivos sociales se encontraban la plataforma sevillana en defensa de las pensiones públicas, Alternativa Sindical de Andalucía, el Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), la Unión de Sindicatos de Trabajadores de Andalucía (Ustea) y «Córdoba por una sanidad pública de calidad y universal».