Sevilla
El Plan Andaluz de la Bicicleta o cómo la Junta «vende humo»
«Bicifestaciones» por toda la comunidad contra los incumplimientos
«Bicifestaciones» por toda la comunidad contra los incumplimientos
La Junta de Andalucía presentó en enero de 2014 el Plan Andaluz de la Bicicleta (PAB) 2014-2020, uno de los proyectos que abanderó Izquierda Unida antes de que Susana Díaz rompiera el pacto de gobierno y convocase elecciones. Se trataba de implantar una «nueva cultura de la movilidad» que destinaba hasta 421 millones y destacaba la alta rentabilidad económico-social de las inversiones. Hoy son colectivos ciclistas como «Andalucía por la Bici» o «A Contramano» los que convocan «bicifestaciones» de protesta para denunciar la desarticulación presupuestaria que sufre este plan y el «sistemático e injustificado incumplimiento» por parte de la administración autónoma de sus «sucesivos calendarios de actuación». Los socialistas han sacado la bicicleta de sus prioridades.
Ciclistas de localidades como Fuengirola, Mijas, Marbella, Estepona, Jerez de la Frontera, así como capitales de provincia como Málaga, Sevilla, Cádiz, Almería, Huelva, Granada o Córdoba se movilizan para recalcar que «ese a que la Junta presuma en la esfera pública de favorecer un modelo de movilidad sostenible en el que se dé prioridad al transporte en bicicleta, poco o nada de ello se refleja en sus presupuestos». Así, en 2016 el Gobierno andaluz «decidió destinar únicamente 16 millones al PAB; una cifra que no alcanza ni siquiera el 10% de la inversión prevista para los cuatro años de duración del plan».
15 años de retraso
Según la asociación «A Contramano», «en base a su ritmo actual de inversión, el PAB terminará de ejecutarse en 2035, nada menos que 15 años después del plazo previsto. Lamentablemente, la inversión de la Junta hasta 2020 no sólo no alcanzará para dotar de infraestructuras ciclistas a las capitales de provincia, sino que además deja fuera de actuación a decenas de municipios de más de 20.000 y 50.000 habitantes así como a la mayoría de las áreas metropolitanas». «El fracaso de la Junta en políticas de movilidad sostenible resulta cada vez más evidente», subrayan, sin dejar de denunciar «el repetido y sistemático incumplimiento de los sucesivos plazos de actuación. El cierre del año pasado no hizo más que confirmar que la Junta vende humo; la mayoría de los proyectos que se anunciaron de cara a 2016 no se han llevado a cabo y para 2017 vuelven a vender como inversión nueva lo que ya se anunció un ejercicio atrás».
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