Andalucía
El PP, en su techo y el PSOE, en su suelo
Ley de la gravedad electoral
Hoy se despejarán todas las dudas electorales después de una intensa campaña y de un sinfín de encuestas que dejan entrever una tendencia –el PP ganaría a nivel nacional y el PSOE podría volver a ser el partido más votado en Andalucía– pero que agavillan datos muy dispares. En la comunidad hay un factor que conviene no olvidar: el Partido Popular se sitúa actualmente en su techo histórico y el PSOE en su suelo. La ley de la gravedad tiende a imponerse en estos casos. Desde el techo se cae y desde el suelo se puede subir o mantenerse. El Partido Popular obtuvo en Andalucía en las últimas elecciones generales 1.985.612 votos (el 45,57 por ciento). Nunca antes –y es difícil que se repita al menos en la siguiente década– el PP había obtenido este registro en la comunidad. Con el escrutinio cerrado en la noche electoral del 20 de noviembre de 2011, el entonces presidente del PP-A, Javier Arenas, tenía la certeza de que efectivamente esta vez la formación de centro derecha sí podía gobernar en la región. Un traslado de este resultado a nivel autonómico hubiera supuesto una mayoría absoluta del Partido Popular. Las primeras medidas anticrisis de Rajoy, unido al golpe táctico de Griñán de retrasar las elecciones andaluzas –nunca el PSOE le agradecerá lo suficiente esta jugada maestra– desinflaron los resultados y el PP-A quedó en estado de «shock» tras su victoria más amarga. El PSOE andaluz, por su parte, sufrió en las elecciones generales de hace cuatro años un revés durísimo. La llamada a urnas fue un acto catárquico para la ciudadanía en contra de Rodríguez Zapatero. Y todavía hoy, reconoció Mario Jiménez en una entrevista en LA RAZÓN, sigue «en la retina» su gestión de la crisis en el segundo mandato, cuando, al dictado de Merkel y Obama, tuvo que tomar medidas severas como la bajada del sueldo a los funcionarios por primera vez en la historia democrática. El PSOE obtuvo en la región 1.594.893 votos, el 36,6 por ciento del total, 25 diputados frente a los 33 del PP. El «efecto Zapatero» hundió al Partido Socialista y propulsó al Partido Popular por encima de su cuota electoral natural. En 2011 también se produjeron elecciones municipales. «Un escaño en cada provincia nos lo dio Zapatero», según el análisis de un ex alcalde de capital de provincia del Partido Popular.
La irrupción de Ciudadanos y de Podemos ha acabado de modificar absolutamente el tablero electoral. La mayoría de las encuestas apuntan que será el PSOE quien obtenga la mayoría de los 61 escaños que están en juego en Andalucía, seguido por el PP, pero la novedosa situación electoral deja muchos espacios para la incertidumbre.
Faltan ingredientes
En este sentido hay que tener en cuenta que no existe un recuerdo de voto de Ciudadanos y de Podemos. Sin este ingrediente es imposible que la «cocina» de las encuestas pueda redondear el plato. Con muestras pequeñas –sólo el CIS se libra y por poco–, sin recuerdo de voto de Podemos y Ciudadanos y con sospechas fundadas –lo deslizaba a este periódico un dirigente que conoce bien la fontanería política– de que las principales empresas demoscópicas pueden cruzarse información para que no haya resultados demasiado dispares, la incertidumbre cotiza al alza. Nadie sabe a ciencia cierta qué puede pasar hoy. Se juega el partido más abierto de la democracia.
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