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Huelva

Esteban pasa del rotulador al pincel

Inaugura hoy en el centro cultural de Caja Rural del Sur, en Huelva, una exposición con sus creaciones menos atadas a la actualidad

Una de las obras expuestas en el centro cultural de Caja Rural del Sur
Una de las obras expuestas en el centro cultural de Caja Rural del Surlarazon

¿Quién dice que las viñetas no pueden ser consideradas obras de arte? Que se lo pregunten a José Manuel Esteban, que inaugura hoy en el centro cultural de Caja Rural del Sur, en Huelva, una exposición de ilustraciones sobre lienzo, incluyendo algunas de gran formato, que bien podrían exhibirse en cualquier museo. Esteban pasa así del rotulador al pincel, sin dejar el trazo como «estructura plástica que da orden», tal y como asegura a LA RAZÓN, liberándose de las cadenas de la actualidad para adentrarse en temas más cotidianos. «Desde hace algunos años me he propuesto poner a prueba mi dibujo trasladándolo a otra superficie y dimensiones», asegura el artista, además de matizar que la línea «sigue siendo la que sustenta la composición», aunque el formato es diferente: del papel al lienzo, «¡palabras mayores!». Este cambio, por tanto, «es una manera de obligarme a buscar temas menos coyunturales, digamos que menos periodísticos». Las obras de la muestra pueden incluirse bajo el epígrafe de «crónicas costumbristas», un género que, tal y como señala, «los dibujantes tenemos un poco abandonado».

Esteban, viñetista de LA RAZÓN, cuenta con un amplio currículo profesional. «Mis inicios quedan muy atrás en el tiempo, desde mis primeras viñetas en el dominical de ABC». Sigue colaborando en numerosos periódicos y en revistas como dibujante publicitario. También ha expuesto en multitud de ocasiones y cuenta en su haber con dos libros publicados, además de recibir el Premio Mingote en 1989. Este licenciado en Filología Alemana reconoce que «el autodidactismo es un gran error que cometí por soberbia adolescente». Ahora, bordeando los 50 años, «tengo las bases de mi oficio cogidas con alfileres». ¿Sus maestros? Asegura que «no todos son viñetistas», lo que da buena cuenta de su amplitud de miras. «Desde luego, Mingote influyó mucho y sigue siendo para mí un referente trascendental. También Quino y ya quisiera que Chummy hubiera dejado en mí una impronta», sostiene, además de tener muy en cuenta a los pintores clásicos, que «deben influir en cualquier dibujante que aspira a algo digno».

Lejos de ser un género en decadencia y poco valorado por el público –atiborrado de imágenes en televisión y en los teléfonos móviles–, defiende que «los grandes viñetistas son apreciados y, como vehículos de opinión, respetados». No obstante, «los viñetistas irrelevantes tienen su espacio y su público», puesto que «no es el género el que debe ganarse el prestigio, sino cada autor por sus propios méritos».

El humor gráfico, la ilustración o la narración de la realidad a través del dibujo es un oficio y, como tal, tiene sus herramientas y sus métodos. Esteban asegura que «mi estilo es mi método de trabajo». Y lo resume así: «Trabajo el epigrama; un pie que acompaña al dibujo y que se vale de él para darse un sentido completo». En definitiva, «nada que no se hubiera inventado ya». Huye de las corrientes o modas porque «me gusta pensar que estoy inserto en la tradición», un refugio de califica de «reconfortante».

La actualidad manda «inexorablemente» en las viñetas de prensa. Una género muy útil para interpretar la realidad, para contextualizar los discursos de los políticos y sacar punta a los temas más candentes, bajo la lupa de la ironía y el sarcasmo. Unos resúmenes que, muchas veces, dan más claves que los propios textos. Sin embargo, en la exposición Esteban plasma una actualidad «más colmatada». «La familia, el ocio, el trabajo. Ni política ni tendencias», sostiene. Ilustraciones que «quiero que se sigan entendiendo dentro de un mes», al tiempo que reconoce que «me ha costado mucho pintarlas».

La crisis de la prensa tiene también su reflejo en las viñetas. Las nuevas tecnologías, el periodismo digital y las redes sociales han llegado para quedarse, modificando tareas, procedimientos y herramientas. A su juicio, «tanto la prensa en papel como la digital son meros medios de transmisión» y el viñetista «tiene un universo de posibilidades de expresión y divulgación». Al final, «todo depende de su talento».