Andalucía
Griñán asegura que los españoles compensarán lo que no pague la banca
Dice que la tasa al 0% para las entidades financieras «es de traca» y un «fraude»
Para el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, la política fiscal del Gobierno central es «espamódica, incongruente y desleal con las comunidades autónomas». El socialista usó adjetivos como granadas durante sus intervenciones en la última sesión parlamentaria de control de 2012 y, tras un repaso severo a las subidas de impuestos, defendió que «lo que ha ocurrido» con la tasa a la banca «es de traca».
Se refería al impuesto bancario al 0 por ciento aprobado por el equipo de Rajoy, que imposibilita que Andalucía pueda recaudar con la tasa a los depósitos de las entidades financieras que puso en marcha en 2011. Defendió que el Ejecutivo popular «ha invadido» el «espacio» andaluz de «autonomía fiscal» y fue más allá al augurar que serán los españoles quienes tengan que «compensar» esa pérdida de fondos a la región.
A su juicio, «lo paradójico» es que al final, en lugar de pagarlo los bancos, «lo harán todos los españoles», deslizó para admitir que ello es «tremendamente injusto». En ese punto, Griñán recordó que el establecimiento del gravamen estatal llegó después de que la justicia declarara «constitucional» el impuesto establecido por Extremadura y mantuvo: «El PP ha hecho una política fiscal no sé si inconstitucional, eso ya lo veremos; pero, desde luego, sí de fraude», lanzó. Durante sus turnos de palabra, el presidente dejó clara la que parece una nueva consigna del bipartito: el Gobierno de Rajoy mantiene una «actitud sumisa hacia la banca», a los bancos, «ni tocarlos».
De hecho, horas después, el Pleno del Parlamento dio luz verde a una Proposición no de Ley del PSOE-A, apoyada por su socio de gobierno, IULV-CA, y rechazada por el PP-A, en la que se censura la creación del mencionado impuesto a tipo cero.
Griñán abogó, asimismo, por que se lleve a cabo una «imprescindible» reforma fiscal planteada desde la equidad para que «los sacrificios de la crisis no recaigan en su mayor parte sobre la clase media», en vez de «ponerle alfombra roja a los defraudadores».
En su lista de reclamaciones, el presidente se sumó a las «sensatas voces» que reclaman una reforma de la Constitución. Llamó a impulsar «un nuevo consenso para constitucionalizar nuestro modelo territorial» con un objetivo múltiple: que sea «más integrador, más federalista y cooperativo», además de que proporcione «mayor suficiencia y equidad y sea menos partidista».
«Situar el debate en los extremos», advirtió, «arruinaría» un debate cuyo «caballo de batalla» es, en su opinión, el modelo de financiación autonómica. Desde la bancada popular su líder, Juan Ignacio Zoido, le conminó a dejar a un lado la confrontación con Madrid, coger las riendas «y empezar a gobernar después de poner orden en el bipartito», porque los andaluces «lo necesitan».
«Anima» a Zoido a que renuncie a la Alcaldía
Los reproches partidistas no faltaron tampoco en la última sesión de control del año. Si el líder del PP-A, Juan Ignacio Zoido, hurgó en la herida interna para espetar a Griñán que compartía con socialistas como Francisco Toscano, José Rodríguez de la Borbolla o Felipe González que «está cerrando el PSOE a la calle»; el aludido no se quedó atrás. «Le pido una cosa –arrancó su última intervención Griñán–, no me confunda con Espadas –portavoz socialista en el Ayuntamiento de Sevilla–, yo soy el presidente de la Junta». Y no fue la única alusión que hizo a la doble condición de Zoido de alcalde de los sevillanos y presidente del PP-A. Cerró a golpe de indirecta: «Le animo a que la ejerza –la labor de oposición– en plenitud, sin condicionamientos, sin los límites del despacho de una Alcaldía».
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