Andalucía
Intocable 28F
Proclamar el verdor de Vox no es sólo una evidencia que se desprende de su color corporativo sino, sobre todo, una constatación de la crudeza de un partido cuyas propuestas, con independiencia de que sean sensatas o disparatadas, rezuman ingenuidad política. Su ocurrencia más estrafalaria, en vísperas de las elecciones de su eclosión, fue la idea de trasladar el día de la región, hoy mismo, al 2 de enero para así conmemorar la efeméride de la reincorporación de Granada a la Cristiandad por los Reyes Católicos. Una patochada como un piano. La elección de los festivos es, en esta era del ocio universal, una decisión económica. Este puente de finales de febrero, en Andalucía, es el sustitutivo de las semanas blancas que tienen en otras latitudes los escolares, un intermedio en el largo trimestre que une la Navidad con la Semana Santa. Suele coincidir con el principio de la Cuaresma para que se haga caja en las localidades con tradición carnavalesca y, según se porte la meteorología, sirve para cerrar la temporada de nieve o abrir la de playa. O ambas cosas, como sucede este año. ¿Quién quiere añadir una muesca roja al calendario aplastado todavía por la resaca de la Nochevieja y con los Reyes Magos en trance de abordar las carrozas? Tan claras que parecen tener las cosas estos representantes de la derecha machota y se descuelgan a veces con irreflexiones dignas del socialdemócrata más atolondrado. En estas cuestiones, sigue siendo mucho más práctica la izquierda: ni al laico más intransigente del PSOE ni al más feroz comecuras de Podemos se le pasaría por la chorla prescribir el festivo nacional del 15 de agosto o del 8 de diciembre. ¿Será por su devoción a la Asunción mariana o por su defensa del dogma de la Purísima Concepción? No, es porque están fenomenalmente bien puestos.
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