IU pone contra las cuerdas a Griñán al declararse en rebeldía contra el déficit

Se veía venir desde que el ministro de Hacienda y Administración Pública, Cristóbal Montoro, dejó claro el sábado que las cinco comunidades incumplidoras del déficit de 2012 –entre ellas, Andalucía– tendrían que revisar sus planes de reequilibrio económico-financiero y aprobar nuevos planes de ajuste. El vicepresidente de la Junta y coordinador general de IULV-CA, Diego Valderas, se plantó ayer. Se declaró en rebeldía contra nuevos recortes económicos para corregir los 700 millones de euros de desvío de la cifra pactada. Andalucía cerró el ejercicio pasado en el 2,02 por ciento, cuando el tope era el 1,5. La resistencia de los socios del PSOE en el Gobierno andaluz coloca en un posición muy incómoda al presidente Griñán. A menos que Andalucía pueda empotrarse en la eventual rebeldía de otras comunidades del PP como Valencia, Murcia y Baleares, y eso provoque un giro en las exigencias de Montoro, la región quedará expuesta a que el Gobierno central redoble la presión a través de la Ley de Estabilidad Presupuestaria y que eso suponga, a su vez, una mayor dificultad para acceder a la financiación. Los mercados, de momento, le dan la espalda a Andalucía.

Se veía venir porque IU ya digirió muy mal el severo plan de ajuste de la Junta de 2012, al que también se vio abocada al incumplir el objetivo de déficit de 2011. El límite era el 1,3 por ciento; la comunidad cerró en el 3,22. IU, con la deserción de varios diputados de IU, apoyó en el Parlamento el Plan de Reequilibrio Económico Financiero 2012-2014, que preveía un ajuste de 3.500 millones de euros. Mil por la vía de la subida de impuestos y otros 2.500 de recorte de gasto. Algunas medidas fueron muy polémicas, como el recorte de sueldo a los más de 260.000 funcionarios andaluces. Valderas asumió el «tijeretazo» por «imperativo legal» y, tras forzar una continuidad de las negociaciones con los sindicatos –que al final no llegaron a ningún puerto– garantizó que sería el último, que no iba a consentir más ajustes para cumplir con la senda de estabilidad presupuestaria impuesta por el Gobierno. Las bases de IU y dirigentes históricos como Felipe Alcaraz o Sebastián Martín Recio arremetieron con duras críticas.

El líder de IU aseguró ayer que Andalucía «no resiste más recortes», al tiempo que calificó como «demencial y obsesiva» la petición del Gobierno de realizar nuevos recortes de gasto. Propuso dos medidas. En primer lugar, urgió al Ejecutivo andaluz a emprender una campaña informativa a la que se sumará IU sobre las «exigencias y amenazas» por parte del Gobierno y los incumplimientos de éste en materia de financiación. Además, y éste es el punto más llamativo, se mostró partidario de hacer una consulta ciudadana sobre los ajustes. «Se empecinan en apretarnos un cinturón imposible, si las leyes nos lo permiten, habría que consultar a los ciudadanos». «Un pueblo consultado –añadió– ejerce mucha fuerza», con independencia de que la consulta «sea vinculante o no».

Valderas ya se ha mostrado en alguna otra ocasión partidario de hacer una consulta ciudadana. Lanzó la idea con motivo del 28 de febrero. Pero a la vista del escaso seguimiento de la campaña en contra del Gobierno central, depuso el interés.

Griñán tuvo ayer que hacer malabarismos para mantener distancias tanto con su socio de Gobierno como con el Ejecutivo central. Aseguró que si se mantiene la «lealtad institucional» y por tanto Rajoy suma lo que pierde Andalucía al no poder llevar a cabo la subasta de medicamentos, los 1.504 millones de euros de inversiones no ejecutadas o el déficit de inversiones en relación con lo que consigna el Estatuto –son algunas de las reclamaciones de la Junta– «no hay que modificar nada». No hay que olvidar que los Presupuestos de este año consignan unos ingresos financieros de 4.840 millones. Y para conseguirlo va a ser providencial la ayuda del Gobierno central.

El secretario general del PP-A, José Luis Sanz, señaló que «diga lo que diga» Griñán, el desvío del déficit «traerá recortes, nuevas medidas de ajuste y, seguramente, subida de impuestos y tasas en la comunidad».