Relaciones internacionales

Javier Rupérez: «Si el PP no ocupa el centro-derecha, lo ocuparán otros»

«La mirada sin ira» recuerda la vida y gestión del diplomático y político Javier Rupérez, una de las personalidades más importantes en las relaciones exteriores de España.

Javier Rupérez
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«La mirada sin ira» recuerda la vida y gestión del diplomático y político Javier Rupérez, una de las personalidades más importantes en las relaciones exteriores de España.

«La mirada sin ira» es el título de las memorias que recientemente ha publicado en la editorial Almuzara el político y diplomático Javier Rupérez. Un libro con el que hace un repaso no sólo a su vida personal y a su gestión en las altas esferas del poder nacional e internacional, sino que también rescata los grandes acontecimientos vividos en los últimos 50 años en nuestro país.

–¿Hasta dónde llega esta mirada que lanza atrás?

–Bueno, he procurado salirme de lo que es estrictamente la política, de mi profesión y de mi vida para integrar los tres aspectos. Cuando uno escribe sus memorias intenta dar una visión lo más completa posible de su persona. Por eso ha sido política, diplomacia y vida.

–En algunas fotos se le ve con Pablo VI, con Husein de Jordania, con Adolfo Suárez, con Helmut Schmidt...; el nivel de los actores políticos ha bajado bastante.

–(Pausa) Sí la verdad es que ya no hay un Pablo VI o un Juan Pablo II (pausa), tengo cierto respeto por la canciller Merkel, pero esos perfiles eran propios de la realidad política europea de ese momento. Es cierto que ha habido un empobrecimiento de la calidad de la política nacional e internacional, sin que pueda explicarle a qué se debe. Entiendo que es por un cierto cansancio cíclico, pero todas esas figuras dejaron un profundo surco en la vida colectiva y uno se pregunta si los actuales van a conseguir lo mismo.

–Antes los líderes tenían una personalidad muy marcada y ahora se destaca mucho eso que se denomina el «perfil bajo».

–Sí, es cierto. Hemos vivido junto a las grandes figuras históricas en los años 60, 70 y 80 que afortunadamente supieron dar a momentos excepcionales soluciones excepcionales. La vida política democrática entró en los años noventa en un canal de previsibilidad y quizás no hacía falta este tipo de personalidades. Qué duda cabe que hay un empobrecimiento intelectual de la población y reflexionar por qué los mejores, en sus respectivas sociedades, no se dedican al servicio público como antes se dedicaban.

–En otras está junto a Aznar y George W. Bush en la Casa Blanca. ¿Ésa y otras como ésa le trajo a España más beneficios o más dolores de cabeza?

–Yo creo que lo que reflejan es la mejor relación bilateral que España nunca ha tenido con Estados Unidos, que significó una serie de beneficios en el sentido económico, político, defensivo y antiterrorista. Es una pena que una cierta parte de la población española no quisiera comprenderlo y es una pena que una parte de la clase política se dedicara a torpedearlo. Siempre he creído que unas buenas relaciones con la mayor democracia del mundo nos traerían grandes beneficios.

–Después del primer tiroteo en el interior del Congreso de los Diputados el 23F pensó que «todo se había ido al carajo». ¿Cree que ha pasado lo mismo después del 20D?

–No, aquella fue una situación extraordinariamente grave en la que con las manos en las armas se puso en duda el edificio constitucional. El 20-D ha producido una situación delicada porque una parte del electorado se ha decantado por soluciones anticonstitucionales, pero nos seguimos moviendo dentro de las leyes y la Constitución. Estoy absolutamente convencido, comprendiendo las incertidumbres actuales, que nos mantendremos en el marco democrático y constitucional.

–¿Los políticos de su generación no podrían hacernos el favor a los españoles de volver a tomar las riendas de la política nacional?

–Mire (risas), yo creo que cada generación tiene su momento y debe elegir a sus propios líderes en el momento que crea oportuno. Muchos de nosotros no estamos en la vida política activa pero sí en la vida pública, escribiendo y reflexionando. Si alguien estima que tenemos un papel adicional está en su derecho de plantearlo, pero por mi parte sería presuntuoso pensar que lo haría mejor que lo que lo hacen algunos, pero repito: estamos en la vida pública reflexionando, quien quiera oírnos que nos oiga y quien quiera llamarnos que nos llame.

–¿El PP puede acabar como la UCD de Suárez?

–Pues mire, yo lo que creo es que los espacios políticos existen y subsisten a los partidos. No hay nada garantizado a los partidos, ni nadie tiene la propiedad en exclusiva de un espacio político. Si el PP es capaz de encontrar el sentido físico, político y geométrico que en su momento tuvo será capaz de concentrar a todas las familias que se mueven en el centro-derecha. Si el PP no ocupa el centro-derecha lo ocuparán otros, porque siempre hay un horror al vacío en la vida política. Espero y deseo que el PP sea capaz de reconsiderar todo lo que ha sufrido y todo lo que ha perdido para reconectar con su electorado tradicional que sigue siendo muy amplio, que está mirando a otras formaciones o en casa lleno de desafecto al PP.

–¿Dónde están los demócratas cristianos en la actualidad?

–(Risas) Pues supongo que en muchas partes, pero una parte importante está en el PP, aunque es evidente que en las últimas elecciones votaron a Ciudadanos.

–Viéndole con el Frente Polisario se pierde toda la idea del glamur de la vida diplomática. No todo es oropel, ¿verdad?

–La verdad es que esa foto es de mi vida política, aunque en ese momento tuve que hacer unas gestiones complicadas con el Frente Polisario para liberar a un grupo de pescadores canarios que fueron retenidos por ellos. Qué duda cabe que no todo es oropel y sillones dorados, es trabajo, preocupaciones...

–A los meses pocos meses el secuestrado era usted.

–Efectivamente, he tenido las experiencias a los dos lados de la barrera. La reunión con el Polisario fue en el otoño del 78 y a mí me secuestran en el invierno del 79. Una de las cosas que siempre recordaré es que los secuestradores de la ETA habían sido entrenados en Argel, porque me preguntaban cómo había encontrado la capital de Argelia.

–¿Cómo se sale de un secuestro de ETA?

–Se sale como se puede, porque no creo que haya nadie que esté preparado para soportar la vesania terrorista.