Andalucía
La austeridad de Díaz: dos consejerías más, por encima hasta de Cataluña
Seis días, desde que el pasado jueves se votara a favor de la investidura. Tres jornadas desde que tomara posesión. Mínimo diez días desde que cerrara el acuerdo con C’s. Dicen los franceses que un equipo de rugby precisa hombres capaces de cargar un piano y hombres capaces de tocarlo. En este tiempo, la presidenta de la Junta ha tratado de confeccionar un Gobierno con nombres «de peso» y, al tiempo, políticos que sepan vender la gestión. Paritario, por supuesto; aunque al final la proporción ha quedado en 60-40%, esto es, ocho hombres y seis mujeres. Intenciones aparte –son los que están, no están todos los que son o podrían haber sido–, Susana Díaz mantiene gran parte del núcleo duro heredado del «griñanismo» (María Jesús Montero; José Sánchez Maldonado; Rosa Aguilar, rescatada del Congreso tras ser ministra de Zapatero, y Emilio de Llera), sin caer en la estrategia que tantos disgustos en el partido le dio a su valedor de no considerar las cuotas de poder territorial. Susana Díaz, en este aspecto, se fija en Manuel Chaves, maestro del «statu quo». Todas las provincias andaluzas –todas las agrupaciones del PSOE es más aproximado– cuentan con representación, con preponderancia para Sevilla (cuatro carteras, más la Presidencia), Granada (dos áreas) y Málaga (dos consejerías). Y la presidenta, en contra de las directrices de la «nueva política» y de Podemos o Ciudadanos, aumenta las consejerías. Pasan a 13 carteras, dos más respecto al Gobierno bipartito y cinco más en comparación a estos más de cuatro meses –desde la ruptura con IU– «en funciones». Griñán, en 2010, redujo de 15 a 13; y en 2012, de 13 a 11 (con el PSOE de Huelva sin representantes en el Gobierno), alegando que en estos tiempos de crisis era necesario «concentrar esfuerzos». Díaz se pone a la cabeza en número de carteras, superando las 12 de la Generalitat.
Con una media de 55,6 años, el de Susana Díaz es el Gobierno más veterano de la autonomía. El más joven fue del de Escuredo, con 36,8 años. Susana Díaz conforma un Gobierno cercano al que remodeló Griñán en marzo de 2010; lo que, unido al hecho de no compartir Ejecutivo con ninguna otra formación, supone una mayor cuota de poder orgánico y la posibilidad de «acoger» a más cargos en las diferentes áreas, en contra de las peticiones de C’s y Podemos de reducir puestos y de la promesa explícita en su discurso de investidura de recortar en un 10% estos puestos. De hecho, Díaz aún no ha respondido a la pregunta de la líder de la formación morada, Teresa Rodríguez, sobre el número concreto de altos cargos de la Administración. La presidenta habló de «un Gobierno político y técnico, con talento y con independientes de izquierdas». Rescata a Rosa Aguilar y ficha a los rectores de la Universidad de Sevilla y de Málaga.
La composición completa del nuevo Ejecutivo, que pasa a tener trece consejerías, es la siguiente:
Presidencia: Susana Díaz Pacheco.
Vicepresidencia y Consejería de la Presidencia y Administración Local: Manuel Jiménez Barrios.
Consejería de Economía y Conocimiento: Antonio Ramírez de Arellano López.
Consejería de Hacienda y Administración Pública: María Jesús Montero Cuadrado.
Consejería de Educación: Adelaida de la Calle Martín.
Consejería de Salud: Aquilino Alonso Miranda.
Consejería de Igualdad y Políticas Sociales: María José Sánchez Rubio.
Consejería de Empleo, Empresa y Comercio: José Sánchez Maldonado.
Consejería de Fomento y Vivienda: Felipe López García.
Consejería de Turismo y Deporte: Francisco Javier Fernández Hernández.
Consejería de Cultura: Rosa Aguilar Rivero.
Consejería de Justicia e Interior: Emilio de Llera Suárez-Bárcena.
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