Andalucía

La confluencia desajusta a Podemos y provoca baile de piezas para las listas

La dirección de Teresa Rodríguez abre una «vía de diálogo» con la corriente de Carmen Lizárraga y baraja enviar a Esperanza Gómez al Senado

En primer plano, la líder de Podemos, Teresa Rodríguez, y al fondo la diputada andaluza Carmen Lizárraga (Foto: Manuel Olmedo)
En primer plano, la líder de Podemos, Teresa Rodríguez, y al fondo la diputada andaluza Carmen Lizárraga (Foto: Manuel Olmedo)larazon

Nadie dijo que la confluencia fuera fácil ni que no tuviera ola expansiva. El próximo 1 de julio se cierra el plazo de presentación de candidaturas a las primarias de Podemos Andalucía y en las próximas semanas se decidirán los futuros aspirantes a representar a la formación morada en el Parlamento autonómico. Ya se ha aprobado un reglamento para enfrentar ese proceso y en ese contexto y, según ha podido saber LA RAZÓN, también se ha abierto una «vía de diálogo» entre la dirección del partido que lidera en la comunidad Teresa Rodríguez e integrantes de la corriente bautizada en su día como «Ahora Andalucía» que impulsaron las actuales diputadas autonómicas de Podemos, Carmen Lizárraga y Esperanza Gómez, a la que pertenece también la parlamentaria Mercedes Barranco, para competir con Rodríguez en la segunda asamblea regional.

Esas conversaciones pasan por consensuar un «proyecto político», para lo que habrá que determinar qué se prioriza y qué importa menos «tanto en la parte institucional como en la orgánica». De arranque existe un punto que tienen claro desde ambos lados: «Andalucía se tiene que ganar desde Andalucía» y ésta debe «ser el centro». Dicho de otro modo, les une la convicción de que Podemos Andalucía debe tener «mayor autonomía política, económica y financiera». Esto y un reto: «Gestar una alternativa política a Susana Díaz», la presidenta de la Junta y secretaria general del PSOE-A, quien consideran está «muy desgastada», entre otras cuestiones por su «pacto con la derecha rancia y jacobina de Ciudadanos (Cs)».

Pero este tipo de negociación siempre incluye baile de nombres. No caben todos. El elaborar listas de integración para las primarias entre ambos sectores supondrá que haya miembros del actual grupo parlamentario «que repitan y gente que no lo haga», admiten fuentes de la formación. Entre las que sí intentarán lograr el voto de los andaluces estará Lizárraga, si el diálogo fructifica en los términos en los que se desarrollaba al cierre de esta edición, pero no así Barranco o Gómez. A la última se le ha puesto sobre la mesa la oferta de «irse al Senado», justificada en una idea: «Con el PSOE en Madrid se va a abrir el debate territorial y su experiencia como constitucionalista andaluza es determinante para Podemos». Y habrá bajas también del otro lado. Es posible que el actual diputado y secretario de Organización del partido, Jesús Rodríguez, del ala anticapitalista, también se caiga, si bien en este caso habría sido él mismo el que ha comunicado que «no quiere seguir». «Pero eso no significa que se vayan del todo, donde quiera que recalen en otros ámbitos territoriales o de trabajo lo harán bien», se esmeran en explicar fuentes del partido. En última instancia, y más allá del baile de personas, tratan de alcanzar «un compromiso de cambio de funcionamiento en el partido ganando en trabajo» desde una «mayor confianza y cooperación». Aunque la complejidad de la fase por el que transita Podemos no se queda ahí. La diputada en el Congreso por Huelva, Isabel Franco, ya ha anunciado que se presentará a las primarias con una lista alternativa a la que encabece Rodríguez respaldada por la dirección estatal del partido morado, que mira con suspicacia la confluencia con IU en la comunidad. La lista más votada no podrá acaparar en cualquier caso, por el sistema aprobado en el reglamento, más del 60 por ciento de los candidatos elegidos y todos tendrán que volver a someterse a otra criba: el proceso de selección de las primarias conjuntas con IU y el resto de fuerzas que conformen la confluencia. En ese escenario hay componentes «isla» del grupo parlamentario, al margen de las distintas corrientes, que pese a su trabajo en la legislatura, exportado a otras comunidades en algún caso, desconocen si de cara al futuro «se cuenta o no con ellos». Continuará.