España
«La delgadez no es sinónimo de salud»
Nuevo recetario para comer sano y no sucumbir ante la «Operación Bikini»
Nuevo recetario para comer sano y no sucumbir ante la «Operación Bikini»
¡Comer, comer es lo mejor para poder crecer!» cantaban los post «Verano Azul» Tito y Piraña después de anunciar su lista de pantagruélicos deseos culinarios. Eran los 80, todo estaba por estrenar en este país y se permitían esos excesos. Ahora vivimos en la época de la prudencia, la frugalidad y el decoro alimenticio para ser felices. Ángela Quintas tiene nuevo recetario en Planeta, «Las recetas de adelgaza para siempre», con las que mantener el tipo sin perder la sonrisa.
–¿Nos hemos vuelto todos un poco locos con esto de estar tan preocupados con la nutrición?
–Pues pienso que lo que sucede es que todos estamos más interesados en saber qué es lo que comemos y cómo lo comemos, pero eso está muy bien.
–Ya, pero tenemos que ser los mejores profesionales, los mejores amantes, tenemos que estar en forma, cuidar nuestro equilibrio mental... Al final esto es una esclavitud más, ¿no le parece?
–Pienso que en el tema de la nutrición sí hay que prestarle atención. Mira, cuando yo era pequeña no había nada parecido a las redes sociales y ahora sabemos que los adolescentes se pasan once meses viendo hombres y mujeres estupendos que no existen en la realidad. Cuando llegan a la playa ven otra cosa, entonces al final eso les influye mucho y es cierto que es una especie de esclavitud frente a algo que no es verdad.
–¿Por qué hay que estar delgado?
–No tenemos que estar delgados pero sí sanos, porque te puedes encontrar a alguien que esté gordo y sus analíticas sean perfectas y a otro delgado cuyas analíticas sean malísimas. La delgadez no es sinónimo salud, tampoco existe el peso ideal pero sí el peso saludable. No tenemos que estar todos delgados como estacas pero sí saludables.
–El Tercer Mundo se muere de hambre y nosotros estamos preocupados por elegir qué comer o no comer. ¿Eso cómo se puede explicar?
–Cada vez tomamos más alimentos con aditivos y se nos ha olvidado lo que comíamos antes, ir al mercado y todo eso. Es un poco fuerte que el Primer Mundo esté a dieta y los otros muertos de hambre. Es muy triste esto, sobre todo en un país con unas materias primas increíbles como España.
–Pero nosotros somos muy felices sacando una cajita congelada, metiéndola en un microondas y comiéndonosla luego.
–Yo soy de las que voy todos los sábados al mercado, hablo con los que me venden la comida, hago la compra semanal de lo que necesito. Eso es fundamental para comer bien y ser feliz.
–Hay que volver a la comida de casa.
–Lo que hay que hacer es comer alimentos que estén llenos de nutrientes. Puedes consumir 2.000 kilocalorías al día que estén llenas de proteínas, hidratos de carbono, etc o hacerlo mediante la ingesta de alcohol. Estaré haciendo una ingesta calórica pero sin nutrientes. A nivel energético cubro mis necesidades de energía pero no me alimento.
–Dígame una receta para pasárselo bien.
–Pues mira, me encantan los espaguetis hechos con calabacín y marisco. Es la mejor manera de que los niños se coman las verduras.
–¿Será tan fácil como pone en el libro?
–(Risas) Lo que no te sale es tan bonito, pero sí que es verdad que las recetas son muy fáciles.
–Lo que sí se desprende del libro es que hay que tener cuidado con lo que comemos.
–Mejor, ser conscientes de lo que comemos. Eso sucede más cuando tenemos niños pequeños y yo siempre aconsejo que no se les premie o castigue con la comida. Si un día no comemos algo adecuado no se va a parar el mundo, pero si tienes buenos hábitos ni siquiera te apetecerá ese tipo de alimentos nocivos.
–Ya, pero es que parece que tenemos que ser detectives para comernos un dulce después de trabajar.
–Hay que ser un poco detectives, sí, y hay que aprender a leer las etiquetas. Eso pasa con los productos que son light, que hay quien se toma dos pensando que no pasa nada. Piensa lo que estás comiendo, porque hay zumos que son 0% grasa. ¡Pues claro!, si es un zumo. Lo mejor es ir a los mercados porque allí los alimentos no tienen etiquetas.
–Usted es madrileña. Venga, dígame qué hay que comerse en la capital de España. No valen ni el cocido ni el bocadillo de calamares.
–Pues no sabría decirte una cosa sola, porque tenemos tanta variedad que es imposible.
–Hay una leyenda que dice que en Madrid se vende el mejor pescado de España.
–Sí que lo dicen, es verdad, porque se come muy buen pescado, pero aquí que tenéis el mar tan cerca que seguro que también lo podéis hacer.
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