Economía

La Junta paga hasta cien veces menos por la deuda que en la fase crítica de la crisis

El Gobierno andaluz gratificó a un 3,79 por ciento los pagarés a tres meses en julio de 2012.. En la subasta del pasado septiembre el interés se situó en el 0,039 por ciento, el más bajo después del pinchazo de la burbuja inmobiliaria

La consejera de Hacienda y Administración Pública, María Jesús Montero
La consejera de Hacienda y Administración Pública, María Jesús Monterolarazon

El Gobierno andaluz gratificó a un 3,79 por ciento los pagarés a tres meses en julio de 2012. En la subasta del pasado septiembre el interés se situó en el 0,039 por ciento, el más bajo después del pinchazo de la burbuja inmobiliaria.

Existen muchos indicadores que ilustran cómo el Estado y el conjunto de las autonomías han dejado atrás lo peor de la crisis económica y se han introducido en una senda de estabilidad y recuperación. En el caso andaluz, la región ha superado los guarismos negativos. El Producto Interior Bruto (PIB) crecerá este año en torno al 3 por ciento y la Ley de Presupuestos de 2017 recoge una estimación del 2,3. Analistas Económicos de Unicaja es aún más optimista, elevando la tasa de crecimiento hasta el 2,5. En la Zona Euro se prevé un PIB al alza del 1,5. La reducción del paro está siendo porcentualmente menor en Andalucía que en la media de las autonomías. Los datos del INEM del mes de octubre lo dejan meridianamente claro. En los doce últimos meses, el desempleo bajó en la comunidad un 8,87 por ciento, mientras que en el conjunto de España fue el 9,85. Con todo, una bajada de 89.393 personas en un año (mayor si tomamos como referencia la Encuesta de Población Activa) es inédita después de los años «horribilis» que siguieron a la explosión de la burbuja financiera en la segunda mitad del año 2007, cuando comenzó una escalada de paro que en Andalucía aún hoy se traduce en casi un millón de personas: 918.547.

Hay, por tanto, muchas magnitudes que mueven a vislumbrar un horizonte muy diferente al de la última década, pero ninguna ilustra tan bien el profundo diente de sierra experimentado en el terreno económico como el coste de la deuda, principal indicador de la estabilidad y la confianza de los mercados. La Junta de Andalucía se está financiando con un coste hasta cien veces menor que en los momentos más críticos de la crisis. Queda bien claro en la evolución de las subastas de pagarés de los últimos años, uno de los recursos empleados por la Consejería de Hacienda para captar fondos.

La Junta estuvo pagando en 2012 rentabilidades por encima del tres por ciento. El pico más alto se produjo en el mes de julio. La Dirección General de Tesorería sólo consiguió colocar en la subasta del 24 de julio de ese año 12 millones de euros a tres meses. El resto de plazos convocados quedaron desiertos. El interés marginal fue del 3,794 por ciento. El verano de 2012, y especialmente el mes de julio, fue el momento de mayor volatilidad. El ataque de especuladores condujo al Estado a una suerte de arritmia incontrolable que finalmente se saldó sin un rescate al modo irlandés, griego o portugués, pero estuvo muy cerca, según ha reconocido posteriormente el ministro de Economía, Luis de Guindos, en el libro «España amenazada».

El pico en el pago de interés por parte de la Junta fue ese verano que España vivió peligrosamente, pero el resto del año se movió en una horquilla muy similar. Así, la Dirección General de Tesorería pagó un 3,5 por ciento en marzo de 2012 por los pagarés a seis meses y un 3,23 por los pagarés a tres. En abril los de tres se elevaron igualmente al 3,08 y los de seis al 3,46. En junio llegaron al 3,15 los de tres. En septiembre la remuneración volvió al 3,51 por los pagarés a tres meses y Andalucía despidió el año pagando en diciembre un 3,25 por ciento por los pagarés a tres y un 3,14 por los de seis.

La última subasta que se ha publicado es la del pasado mes de septiembre. La Junta agotó todos los plazos (tres, seis, nueve y 12 meses), salvo el de los 18. Por los pagarés a tres meses pagó un 0,039 por ciento de interés marginal, 97,2 veces menos que en julio de 2012. Los pagarés a seis se adjudicaron al 0,049 por ciento, los de 9 al 0,092 por ciento y los de doce a un precio aún más cercano al cero: 0,019. Aún así, la Junta aún no ha conseguido la cuadratura del círculo que sí ha logrado el Estado y es que los compradores de deuda paguen por ella en lugar de recibir intereses. En las últimas letras del tesoro a tres meses, el comprador tuvo que pagar un 0,38 por ciento; por las de seis, un 0,28; por las de nueve, un 0,29; y por las de un año, el 0,20. ¿Cómo se explica este fenómeno a primera vista tan contradictorio? De una forma sencilla: el inversor busca seguridad más que una gran rentabilidad y hace la estimación en función de la inflación, que se mueve en magnitudes negativas. Esto es, si una letra tiene una remuneración del -0,2, pero la inflación, el teórico coste de la vida, cae un -0,7, sigue ganando dinero.