ERE

La tergiversación de Griñán

El presidente andaluz se apoya en el ex interventor general para defenderse de los ERE, pero hace una versión libre de las declaraciones de Manuel Gómez

El presidente de la Junta, José Antonio Griñán, esta semana en el Pleno del Parlamento
El presidente de la Junta, José Antonio Griñán, esta semana en el Pleno del Parlamentolarazon

El presidente de la Junta suele recurrir a las palabras del ex interventor general Manuel Gómez para defenderse del caso de los ERE fraudulentos. Lo hizo en septiembre cuando acudió a comparecer en la comisión de investigación parlamentaria; y volvió a repetir la jugada el miércoles, cuando dio explicaciones en la Cámara autonómica, después de la oleada de detenciones de la «Operación Heracles».

La intervención de Gómez en la comisión de los ERE marcó un punto de inflexión. Sus palabras pusieron contra las cuerdas al presidente andaluz al deslizar que Griñán debería haber cogido el extintor para apagar el incendio que se estaba produciendo en la Consejería de Empleo. Hay que recordar que, estando Gómez al frente de la Intervención General (entre 2000 y 2010), ésta envió reiterados informes en los que alertó hasta en 15 ocasiones de serias disfunciones: que la fórmula empleada para el pago de las ayudas de los ERE, la transferencia de financiación, estaba ocasionando múltiples problemas –entre ellos un desfase de 38 millones en el ejercicio 2003– y que se estaba «prescindiendo de forma total y absoluta del procedimiento administrativo establecido».

Esos informes llegaron a la Consejería de Economía y Hacienda, de la que Griñán fue responsable entre 2004 y 2009. El jefe del Ejecutivo autonómico se ha defendido asegurando que nunca leyó los informes porque no se los trasladó su viceconsejera al no ser relevantes. Y que la Intervención se los envió, sin acuse de recibo, no para que actuara, sino sólo de forma protocolaria, ya que la Intervención dependía de la Consejería de Hacienda. Al no haberse detectado menoscabo de fondos públicos –es la explicación de Griñán– Hacienda no tenía por qué mover ficha, ya que no ostenta una jerarquía sobre la Consejería de Empleo, que es a la que el presidente andaluz ha lanzado siempre la patata caliente.

Sin embargo, las citas de Griñán sobre el interventor suelen ser libres. Y difícilmente resisten la literalidad.

Un análisis comparativo de lo que dijo Griñán el miércoles y el ex interventor general el pasado mes de agosto lo deja bien claro. Aunque más claro aún lo dejó Gómez en la misiva que envió al Parlamento el pasado 23 de noviembre: Griñán –dijo– «podía haber terminado con el nido de corrupción en 24 horas».