Andalucía

Martín de la Herrán: «Hay indicios más que suficientes para suspender las ayudas a UGT-A»

Defiende que «cuando la política son casos de corrupción» como los que se acumulan en Andalucía «hay que ir a los juzgados» y su partido lo hará

Martin de la Herrán
Martin de la Herránlarazon

- ¿UPyD tendrá presencia en el Parlamento andaluz la próxima legislatura?

–Estoy convencido de que sí. Las encuestas van todas en ese sentido y se nota el crecimiento. Mucha ciudadanía nos manifiesta que va a apostar por una nueva formación como la nuestra y que nos van a prestar su voto.

–¿Qué harían con sus escaños?

–Defender lo que los ciudadanos piden a gritos en la calle desde las instituciones. En Andalucía una de las prioridades sería aplicar medidas reales de transparencia y contra la corrupción porque, por más promesas que se hacen, salen titulares todos los días que apuntan a lo contrario. Desde fuera del Parlamento estamos llevando a cabo las medidas que podemos: nos hemos personado en la causa de UGT, hemos denunciado a la cúpula de CajaGranada por expolio de fondos públicos...

–¿Podemos esperar más iniciativas de ese tipo?

–Claro. Lo que llegue a nuestras manos lo analizaremos con responsabilidad y cuando lo consideremos oportuno lo pondremos en conocimiento de la Fiscalía o nos personaremos en las causas aportando documentos. Creemos que la Justicia debe velar por el interés general y tenemos que participar en la medida en que podamos. Cuando la política son casos de corrupción como los que tenemos en Andalucía hay que ir a los juzgados. El escándalo más grande de la historia de la democracia en nuestro país está en Andalucía, el de los ERE, y está implicado de lleno el partido que está gobernando.

–Han extendido la mancha al afirmar que denunciarán a personas de otro partido distinto al PSOE ligadas al caso, ¿de cuál?

–Por prudencia no lo puedo decir todavía porque estamos recabando y contrastando datos. Sería una temeridad por mi parte aventurarme a dar nombres o siglas.

–¿No será socio? ¿Oposición?

– Me reservo esa información...

–¿Cómo valora la actuación de la Junta en el escándalo UGT-A?

–El problema es que es inexistente. No se está abordando el problema. La Junta sigue justificando que se transfieran fondos a UGT, en contra de lo que ha hecho la Comisión Europea. Hemos pedido al presidente Durao Barroso que exijan a la presidenta Susana Díaz que corte esas transferencias de fondos mientras se aclara la cuestión judicial. No es una mera sospecha. Existe documentación abundante y razones e indicios más que suficientes para entender que, por una cuestión meramente preventiva, deberían suspenderse esas ayudas al sindicato.

–Cada vez más entes cuestionan el destino que se ha dado a los fondos de formación, ahora también la Cámara de Cuentas...

–Podrían haber sido el punto de arranque para evitar que hoy acumulemos una tasa de paro diez puntos por encima de la media nacional. ¿Cómo hemos llegado a eso? Heredando irregularidades, con ayudas que no se aplican bajo criterios de transparencia y que no se auditan, lo que ha ocurrido también con esos fondos.

–¿Cree que los políticos tienen privilegios cuando se sientan en el banquillo o son acusados?

–El del aforamiento. Mira Griñán lo rápido que se recolocó en el Senado para estar protegido por un privilegio que está totalmente injustificado. En España tenemos 10.000 aforados. En Alemania no hay ninguno. Si al aforamiento le unimos que los partidos controlan la Justicia porque designan a los miembros del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), nos encontramos con la carambola perfecta. Es una burla a la ciudadanía. Nos están tomando el pelo porque se han creado su propio sistema de protección, cuando deberían ser tratados exactamente igual que el resto. No tiene ningún sentido que un diputado andaluz tenga que ser juzgado por una instancia distinta a la de un andaluz que no lo sea.

–Han registrado en el Parlamento una iniciativa legislativa popular (ILP) para modificar la ley electoral andaluza a nivel autonómico. Necesitan 40.000 firmas, ¿cómo va la recolecta?

–Estamos en torno a 25.000. Después de las Navidades, que supusieron un parón, se ha retomado con impulso. Hace unos días se recogieron en el Aljarafe sevillano 860 en dos horas, lo cual es muy significativo. Estamos contentos porque se nota que la gente considera que la ley es injusta. Concejales de todos los partidos han firmado la ILP a escondidas.

–Son conscientes de que en más de treinta años no ha salido ninguna adelante...

–Sí, pero también de que la ciudadanía lo demanda y de que antes o después tendrán que abordarlo. El presidente del Parlamento –el socialista Manuel Gracia– se ha comprometido a que UPyD pueda defender la ILP desde el escaño 110 si se reúnen los requisitos. Y se cumplirán.

–IU y PSOE pactaron en su acuerdo programático de gobierno reformar esa ley, ¿no confían en esa vía?

–Se ha incumplido ya porque el pacto prevé que se abordara antes de junio de 2013 y no se ha hecho. Valderas dice que no es una prioridad para la ciudadanía, sin embargo, el 82% estima que hay que reformarla. Susana Díaz antes y después de ser presidenta ha dado patadas hacia delante con el único objetivo de no tocarla. En el fondo, les beneficia. La pluralidad es buena para la democracia, pero con estos mecanismos se asfixia.

–Les han catalogado de ultraderecha y de ultraizquierda, ¿qué ideología tiene UPyD?

–La que se transmite en nuestras propuestas. Defendemos un modelo de Estado federal, que no haya comunidades con privilegios, que la educación y la sanidad se devuelvan como competencias legislativas al Estado para garantizar la igualdad, aunque se gestionen en las regiones... Puede ser derecha o izquierda, da igual.

–¿Huyen de etiquetas por estrategia electoral?

–No es por motivos electorales. Hipotecarnos en nuestras propuestas porque tengamos que ser de derechas o de izquierda nos haría un flaco favor. Estamos en el siglo XXI, no en el XIX. Hay un dato significativo en este ámbito: el CIS cuando hace sus encuestas siempre nos clasifica justo en el centro. A lo mejor es que lo somos, no lo sé. Planteamos lo que creemos mejor. En las elecciones andaluzas me llamaron el mismo día anarquista, comunista y fascista. Tenemos la suerte de que estamos en democracia y de poder defender en lo que confiamos.

–Ha aseverado que lo primero que hay que recortar son los políticos, ¿qué quería decir?

–Hay que controlar el derroche en la estructura organizativa y en los políticos. Se debe renunciar a privilegios injustificados. Y luego, si se suprimieran las diputaciones nos ahorraríamos más de 1.200 millones. O si se redujeran los 772 municipios a 174, contaríamos con 5.000, lo que pidió la comunidad al FLA en 2013. No podemos hablar del Estado del Bienestar con el 36% de paro, es un contrasentido en sí mismo y con ese dinero se podría abordar lo verdaderamente importante. El problema de Andalucía es que llevamos más de 30 años de descontrol y ahora es muy difícil reconducir esto. Tenemos dos partidos en el Gobierno con un pacto que no se cumple y a otro en la oposición que no ejerce como tal. Hay un déficit político importante.

–Desde el Ejecutivo de coalición se asegura que no ha habido recortes en materias fundamentales, ¿está de acuerdo?

–Los ha habido y muy severos en cuestiones básicas como educación o sanidad. Lo que no es admisible es que uno vaya al Parlamento y lo que más le llame la atención sea el parking por los coches oficiales, que parece una exposición de un concesionario de lujo. No nos lo podemos permitir. Como tampoco que los cabezas de grupo de PP, PSOE e IU pactaran la subida de determinados sueldos en secreto. Eso es inadmisible y en cualquier país civilizado supondría dimisiones.

«Si queremos una nueva transición hay que mojarse y votar»

–Es abogado y piloto en sus ratos libres, ¿qué le impulsó a meterse en política?

–Me lo pregunto muchas veces. Empecé como afiliado de base, conocí el partido y el discurso de Rosa Díez y me gustaron. Me presenté a unas primarias por Jerez –donde nació en 1976– y hasta aquí. Vivo de mi oficio, saco tiempo trabajando los fines de semana. Es duro, pero no estoy en el sofá de casa viendo la televisión y criticándolo todo. Es un compromiso con la sociedad. Tengo dos hijos que merecen tener el día de mañana un país mejor que el de hoy. Mientras pueda hacer algo donde estoy, no me apartaré. Creo firmemente que éste es el proyecto que dará salida a este país. Invito a la gente a no darlo todo por perdido. Si queremos cambiar las cosas desde las instituciones y tener una nueva transición a una verdadera democracia, regenerándola, hay que mojarse en las urnas y votar.