«Más cierres de camas y quirófanos» en el Virgen de las Nieves que en 2017

Satse rechaza el «plan de vacaciones» y el PP-A denuncia «el calvario de los recortes sanitarios»

La «joya de la corona» sigue evidenciando signos de su desmantelamiento. El Sindicato de Enfermería (Satse) de Granada mostró ayer su rechazo al «plan de vacaciones» previsto por el Servicio Andaluz de Salud (SAS) para este verano en el Hospital Universitario Virgen de las Nieves de la capital granadina, ya que «la situación en la que se quedará es aún más precaria que la de años anteriores, con un mayor número de cierre de camas y quirófanos» que en 2017 «y menos personal contratado para cubrir la época estival». Desde la oposición, el PP-A señaló que «vuelven a saltar las alarmas por recortes en el SAS» y el «colapso en Urgencias» en «las distintas provincias andaluzas». El presidente del PP-A indicó que «el Gobierno de Susana Díaz no puede hacernos pasar un año más a los andaluces el calvario y el riesgo de los recortes sanitarios en los meses de verano, cuando se cierran camas, quirófanos, consultas, centros de salud, y se colapsan las urgencias», dijo.

Satse advirtió de que el Virgen de las Nieves afronta «unos meses de atención sanitaria con una plantilla insuficiente, ya que se cubrirá menos del 60% de las sustituciones y la renovación del personal eventual que se llevará a cabo mes a mes». Esta situación provoca «una serie de nefastas consecuencias, por una parte para el personal, a los que se le deniegan los permisos sin sueldos y los permisos reglamentarios, llegando a darse circunstancias donde hay profesionales en diversas unidades que acumulan hasta 70 horas de más trabajadas», así como para los usuarios, que «quedan desprovistos de una atención sanitaria de calidad y segura», indicó el sindicato. Según Satse, «tras la redistribución de profesionales tras la desfusión hospitalaria, el Hospital Virgen de las Nieves ha mermado su plantilla en 200 enfermeros, y 300 de sus profesionales son eventuales cuyos contratos van desde el mes a los dos meses». «Con esta eventualidad tan elevada, hay unidades donde la temporalidad de los profesionales es permanente, y por tanto la continuidad de los cuidados que se ofrece a la ciudadanía sufre disrupciones que la dificultan», según Satse, que habla así de «medidas que atentan contra la seguridad de los usuarios y la propia salud de los trabajadores, que se encuentran sometidos a una sobrecarga laboral y estrés límites».