Literatura
«Mi próxima novela pesará menos de un kilo y medio»
El escritor Santiago Posteguillo cierra un ciclo superventas con «La legión perdida», la última aventura de Trajano.
El escritor Santiago Posteguillo cierra un ciclo superventas con «La legión perdida», la última aventura de Trajano.
Lleva vendidos más de 100.000 ejemplares de la última parte de la trilogía dedicada a Trajano y en las librerías ya se puede encontrar la cuarta edición. En tiempos digitales, convencer a los lectores para gastar el dinero y el tiempo leyendo historias de romanos debe ser suficiente para comenzar a comprender el éxito de este autor que se ha pasado los últimos siete años entre la corte de un emperador.
–Dígame la verdad, ¿estaba deseando acabar con Trajano o le ha dado pena llegar al final?
–No deseando no, pero sí es verdad que había una mezcla de sentimientos. Una pena, una cierta lástima, porque es un personaje de una enorme talla social y envergadura política que todos estos años ha estado en mi despacho para arroparme con su figura. Era como un subidón, pero en cambio cuando salías y veías a los líderes del siglo XXI te daba un bajón y claro, ahora no tengo esa dosis de optimismo que me venía muy bien. Por otro lado, tengo la satisfacción de haber completado lo que literariamente era un empeño de magnitud: tres novelas, 3.600 páginas y siete años de trabajo con la enorme recompensa que los lectores lo han recibido muy bien. ¿Ahora qué?, pues ya estoy trabajando en una novela. Ésa es la nueva motivación que tiene que tener un creador.
–¿Se puede saber sobre qué?
–No, hay que mantener el misterio, pero como desafío personal te puedo decir que quiero hacerlo en una sola entrega para cambiar un poco.
–¿Una novela que pesará más o menos un kilo y medio?
–Esa es una buena pregunta. Desde luego no valdrá hacer la trampa de que tenga más de 3.000 páginas. Mi próxima novela pesará menos de kilo y medio, es más, el desafío será contar la historia de un personaje en menos de un kilo y medio.
–¿Ha cambiado mucho el Posteguillo que inició hace siete años la «escalada» a esta suerte de columna trajana?
–Ha tenido evoluciones diversas porque todos vamos cambiando, pero intento ser fiel a la persona que yo era en el plano privado y particular. En el literario he procurado avanzar y progresar, entonces creo que a lo largo de la trilogía he trabajado mucho con la estructura. En círculo en la primera novela, la segunda es simétrica mientras que en ésta último he procurado que tenga una estructura en espejos. He intentado tener esta evolución pero también ser fiel a la hora de conseguir lectores especializados que pueden apreciar la minuciosidad que persigo en el relato histórico o lectores jóvenes, quienes disfrutarán solamente con la evocación de la época. Quiero crear entretenimiento y llegar al máximo de personas.
–¿Compararle con Robert Graves es un reto o sólo un halago?
–Evidentemente, un halago, pero supone un desafío estar a la altura de eso. En «La sangre de los libros» conté cuando pude estar sentado en la mesa donde Graves escribió «Yo, Claudio». Estuve como dos minutos intentando absorber algo de él, aunque tengamos planteamientos distintos. Es un gran modelo para conocer esa época, que cuenta con una gran intensidad dramática.
–¿Qué le pasó a la legión perdida?
–Me interesaba porque para entender la audacia de Trajano hay que pensar en cómo una persona corrige los errores de otra, que es valiente, pero que lo hace todo mal. Podría haber contado que los legionarios tenían un poquito de miedo porque 150 años antes Craso perdió una legión entera en manos de los partos y ya está. Se puede hacer, pero creo que no se capta la audacia si no se narra lo que ocurrió anteriormente. Como no tengo límite de páginas, que es una ventaja, cuento la desgracia de Craso y les ofrezco a los lectores del siglo XIX toda la información hay sobre ese suceso. Utilizo esa estructura de espejos para poder mostrar cómo corrige Trajano los errores que se cometieron antes.
–Los partos estaban donde hoy encontramos Iraq, Siria...
–Sí, de hecho, Trajano para dominarlos trató de conquistar Hatra, que ha sido arrasada por el ISIS, que se situaba en las cercanías de Mosul. Los americanos en la invasión de Iraq copiaron la estrategia de Trajano, que tenía claro que para conquistar este territorio tenía que dominar los dos grandes ríos, Tigris y Eúfrates. Eso lo hicieron muy bien, pero se olvidaron de que Trajano tenía un plan para después, por eso tenemos el problema actual.
–El mundo romano mantiene el interés pese a los siglos de manera imbatible. De hecho, el ISIS ha destrozado Palmira porque sabe que es un gran altavoz de cara a la comunidad internacional.
–Desde luego y si al ISIS le dejaran destruir el Coliseo pues también lo haría. Lo de Palmira es muy doloroso pero más doloroso es lo que le pasa a la gente. Hay que jerarquizar las cosas porque sorprende que llame más la atención lo que ha ocurrido allí que los millones de muertos que hay en el conflicto. Sí que es verdad que es como si ellos se hubieran dado cuenta de que degollar a más gente no llama más la atención y en cambio cargarse unas ruinas sí. El legado romano en el mundo europeo se vive en gran medida como nuestro origen, digno pero con muchas sombras, y el ISIS piensa que es una forma de herirnos adicionalmente porque vivimos de manera muy cerca todo ese legado. Incluso la peor versión de la Unión Europea es una recreación del Imperio Romano. Se ha movido el foco del Mediterráneo a Centroeuropa, pero eso sigue ahí.
–Ahora estamos viendo la caída de nuestro imperio.
–En cierta forma, pagarle dinero a Turquía porque retenga a estos refugiados es como cuando se pagaba dinero a tribus supuestamente bárbaras para que no atacaran el Imperio de Oriente y se fuera al de Occidente. Esto nunca acaba bien, porque empiezas pagando a uno pero tendrás que pagar a más, no es un buen camino pero hay que solucionar el problema en origen.
–¿Los ingleses siguen siendo los mejores a la hora escribir novelas históricas?
–Creo que hasta hace unos años sí, pero hoy en día se puede leer desde los Tartesos hasta la actualidad con libros de autores españoles que están a la altura de los anglosajones o mejor.
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