Sanidad Pública
Miles de retrasos en las listas de espera de hospitales abren la puerta a la sanidad privada
Si no son atendidos a tiempo, los pacientes pueden elegir una clínica para operarse o hacerse pruebas
No es generalizado, pero sí preocupante: las listas de espera del Servicio Andaluz de Salud (SAS) se desbordan paulatinamente. La sanidad pública contempla que quienes no sean atendidos en los plazos establecidos por decreto podrán acudir a una clínica privada y el SAS deberá afrontar los gastos de las pruebas que se le realicen. En un año, las personas que han superado el tiempo de espera máximo establecido para determinadas operaciones y pruebas diagnósticas se ha multiplicado, como mínimo, por dos; en algunos procedimientos médicos, hasta por seis.
Así ha ocurrido en el caso de pruebas diagnósticas, con un período máximo de 30 días, que de momento no se está cumpliendo. Es en Granada donde se localiza el mayor colapso: 4.156 personas esperan una media de 67 días. En toda Andalucía, son 6.501 personas las que sufren esa excesiva demora. Las endoscopias y las ecografías son los análisis más demandados y los que más tardan en realizarse. Un año antes, solo Huelva y Granada –Cádiz con unas decenas de casos– padecían esta situación, que afectaba a 1.200 personas. Ahora se ha extendido a todas las provincias, excepto Córdoba y Jaén. En intervenciones quirúrgicas la demora media se sitúa en 69 días, según datos del SAS de junio pasado, pero más de 3.200 pacientes seguían esperando tres meses después. En 2016, solo fueron 1.400.
El decreto de garantías de tiempos de respuesta reconoce el derecho a la atención en 180 días para 700 técnicas quirúrgicas, un plazo que reduce a 120 días en las once operaciones más frecuentes y a 90 en algunas cirugías cardíacas. El citado decreto dispone que «si las citas para los centros asistenciales del Sistema Sanitario Público de Andalucía no se pudieran obtener dentro de los plazos máximos establecidos, se podrá requerir la atención en un centro sanitario privado». Esta opción supone un desembolso adicional para la sanidad pública, que está obligada a pagar el tratamiento.
Para la Asociación Andaluza de Cirujanos (ASAC) la solución pasa por realizar «cambios estructurales» en los hospitales, un proceso en el que piden implicar a los ciudadanos. En su opinión, «no debería permitirse que los quirófanos permanezcan cerrados por la tarde mientras haya lista de espera». Andalucía es de las comunidades con mejores datos de demora de toda España, pero en esos cálculos solo se contemplan las intervenciones sujetas a plazos máximos incluidas en el decreto. «La priorización de estos pacientes ha hecho dejar momentáneamente de lado a otros que son los que soportan mayores demoras», aclaran desde ASAC. Este fue uno de los debates en la comisión de gestión de listas de espera de la sanidad pública, donde propuso fijar un tiempo límite para cualquier operación, que todavía debe materializarse.
La escasez de recursos, el envejecimiento de la población, el incremento de la esperanza de vida o la «estructura excesivamente cerrada» de determinados servicios y «quirófanos obsoletos» son las principales razones a las que los cirujanos achacan la «mayor presión» en las listas de espera. «La eficiencia tiene un límite si siempre se cuentan con los mismos recursos, que además en los últimos años se han perdido con la ley de reposición del 10%», lamentan.
También entonan el «mea culpa», admitiendo «hay una excesiva variabilidad en la práctica médica». Esto supone que ante un mismo problema no existe un criterio médico unificado y dependerá de la decisión de cada especialista. Para evitarlo, plantean crear comités de programación quirúrgica en cada hospital para mejorar las decisiones y el seguimiento.
La regulación de la Junta también incluye plazo para ser atendido por un especialista, fijándolo en sesenta días. Pese a que de media la primera cita se produce en 52 días, son más de 26.200 andaluces los que siguen esperando transcurridos los dos meses preceptivos. En 2016, la cifra no alcanzaba los 3.700. Traumatología y neurología son las áreas con más dificultades. También la provincia de Granada es responsable del grueso del «atasco», con 16.700 personas en lista de espera. No es casualidad que precisamente haya sido la capital nazarí la que haya impulsado y protagonizado las mayores protestas sanitarias, provocando una auténtica «marea blanca» que desembocó en los ceses del consejero y del gerente del SAS hace unos meses.
Respecto a las diferencias geográficas, la ASAC propone «trabajar por líneas de productos para que los recursos sean similares en todas». Así, aseguran, se resolverían con un tiempo de respuesta adecuado el 98% de las cirugías.
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