Sevilla
Moreno a Susana Díaz: «Es usted quien ‘mató’ a los ex presidentes»
La imagen de los ex presidentes Chaves y Griñán en el banquillo de los acusados en el juicio de la rama política de los ERE ha devuelto este caso a la agenda política y parlamentaria. La causa, que cumplirá dentro de un mes siete años de instrucción, llevaba meses hibernando. Varios motivos lo explican: la saturación de una mina judicial que estaba agotando sus últimos recursos y la decisión del Partido Popular de cambiar la andanada judicial de Javier Arenas por otros asuntos que afectan a amplios colectivos sociales como la sanidad y la educación. Hacía tiempo que los ERE no ocupaban tanto espacio en la sesión parlamentaria. La presidenta de la Junta tuvo que sortear ayer una ráfaga de reproches en torno a la corrupción. El PP fue la formación política más incisiva. Juanma Moreno acusó a la presidenta de la Junta de haber «matado» a los dos ex presidentes con su decisión de abocarlos a dejar sus cargos. Díaz, sin embargo, hizo una cerrada defensa de Chaves y Griñán, dos personas «decentes y honradas», dijo. La sesión fue bronca. La bancada popular se revolvió contra la decisión del presidente de la Cámara de no dar amparo al PP después de que el consejero de Cultura llamara «mezquino» o «mezquindad» –según las versiones– a Juanma Moreno, al que Díaz también acusó de tener «los bolsillos oscuros y la mandíbula de cristal».
El cierre de filas de filas de Susana Díaz con Chaves y Griñán es significativo porque la relación entre ambas partes ha pasado por fases muy distintas. Griñán fue quien puso a Díaz en el camino de la presidencia de la Junta en 2013, pero la relación se emborronó después de que Díaz nvitara en noviembre de 2014 a todas las personas que resultasen imputadas a dejar su cargo. En ese momento fue cuando se produjo el conocido pasaje que reveló el periodista Manuel Pérez Alcázar en su libro «Delfines y tiburones» y que recordó ayer desde su escaño Juanma Moreno a sabiendas de que el golpe cobraba doble fuerza en este momento. «Pepe, Susana nos ha matado. Es como si nos hubiese clavado un puñal», le comentó Griñán a Chaves –con el que hasta ese momento también mantenía abiertas diferencias– en una llamada telefónica.
Tanto Griñán como Chaves han estado apartados de los actos más significativos del PSOE. Después de la imputación de ambos Susana Díaz tendió un perímetro de seguridad para evitar el contagio con los ERE. Sin embargo, el punto de inflexión fue el XIII Congreso del PSOE-A celebrado a finales del pasado mes de julio, que se convirtió en una suerte de acto de desagravio hacia los dos ex presidentes. Chaves y Griñán entraron juntos al plenario del hotel Barceló Renacimiento de Sevilla –Griñán claramente emocionado– y Susana Díaz se fundió en un abrazo con ambos.
Díaz no dudó en el Parlamento en la defensa de los dirigentes. La jefa del Ejecutivo andaluz los calificó como «dos personas honradas y decentes», a lo que respondió con un aplauso la bancada socialista; y acusó al PP de querer «despellejar y arrastrar» la imagen de los dos. El presidente del PP-A, sin embargo, le respondió a Díaz recordándole la citada llamada telefónica entre los ex mandatarios andaluces el 7 de noviembre de 2014. «Usted no defiende a Chaves y Griñán, se defiende a sí misma. Es usted quien los ha matado». La sesión devino en riña política por la negativa de Juan Pablo Durán de darle amparo al PP tras los ataques personales del consejero de Cultura y de Susana Díaz a Juanma Moreno . La portavoz parlamentaria del PP-A terció, pero fue en vano. El presidente del Parlamento optó por una decisión salomónica: cortó a Carmen Crespo la voz del micro. La sesión siguió con las quejas de fondo.
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