Educación diferenciada
Otra traba a la diferenciada
La Consejería decide reducir la ratio a 11 alumnas de 1º de ESO en un centro adscrito a otro que segrega por sexos.
El proceso de escolarización para el próximo curso ha iniciado su última fase y la Administración autonómica se mantiene en su idea de imponer su modelo educativo, saltándose no sólo el derecho de elección de los padres sino incluso el propio procedimiento, adoptando medidas de forma «unilateral». Dicho de otra forma, la Junta no ceja en su empeño de acabar con el modelo diferenciado y niega cualquier ayuda a los centros del Opus Dei, por una cuestión que los padres consideran «exclusivamente ideológica».
En la reunión de la comisión de escolarización de la zona centro de Sevilla, los padres de las alumnas que optaban a acceder al centro Ribamar se llevaron una desagradable sorpresa. Este centro de Educación Secundaria Obligatoria y de Formación Profesional del Opus Dei está adscrito al colegio Ángela Guerrero, por lo que no se considera (o consideraba) que el salto de Primaria a 1º de ESO sea de nuevo ingreso oficialmente (que son los conciertos que la Consejería de Educación había retirado). Sin embargo, desde la plataforma «Mis padres deciden» denunciaron ayer que la Junta de Andalucía ha decidido «de forma unilateral» negar el acceso al colegio a 24 padres que había solicitado plaza en Ribamar por no proceder del Ángela Guerrero, habiendo plazas libres, donde radica el detalle más importante.
Gemma García, portavoz de la plataforma que defiende el derecho a elegir la educación de los hijos, manifestó a LA RAZÓN que el colegio ha seguido todo el procedimiento que la propia Administración requiere para recibir los conciertos y que incluso el cumplimiento de la orden de concierto está avalado por la inspección correspondiente. «A pesar de eso han dejado que se matriculen sólo a once niñas. La Junta aplasta el derecho de los padres sin importar que se haya seguido el procedimiento legal y decide de forma unilateral dónde tienen que estudiar esas niñas sin previo aviso».
A los padres afectados –en primero de ESO quedan 19 plazas vacantes, en tercero otras tres y en cuarto otras dos– les queda la posibilidad de interponer un recurso de alzada contra esta decisión, algo que desde «Mis padres deciden» creen que les permitirá acceder a la matrícula. «Lo vamos a ganar porque ellos mismos han ofertado esas 30 plazas, como los propios padres han podido comprobar en el programa Séneca, y ahora sin previo aviso deciden negar la matriculación y, lo que es peor, ellos son quienes deciden la reubicación», dijo García. La orden de concierto fue cumplimentada igual que las anteriores y no se especificaba esta decisión, adoptada a posteriori.
El colegio Ribamar ha recibido más solicitudes de admisión del número de plazas ofertadas, pero a la Consejería no le importa malgastar dinero público en una clase para sólo once niñas. «Nos piden ahorro, pero ¿cuánto les va a costar un curso con una tercera parte de la clase cubierta? Está claro que la imposición ideológica está por encima de todo para el bipartito y, mientras, los padres se quedan en una situación de indefensión porque muchos no tienen recursos para hacer frente a las reclamaciones, que la única vía que les dejan», subrayó.
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