Andalucía
Rodríguez Villalobos: «Del tema ERE no tengo ni puñetera idea, delante de mí Viera nunca habló nada»
Fernando Rodríguez Villalobos. Presidente de la Diputación y del PSOE de Sevilla. Agradece a Griñán el «revulsivo» de su dimisión: «La gente tiene esperanza, ve que Susana Díaz tiene claras muchas cosas»
SEVILLA- De sus muchos años al frente de Diputación, éstos están siendo los más complicados.
–He hecho ocho años y es verdad que estamos atravesando los más complicados desde el punto de vista económico-financiero, aunque esta casa no tiene problemas como los tienen muchos ayuntamientos porque en los últimos años hemos ido soltando lastre de lo que entiendo que la Diputación no debe de estar: el Palacio de Congresos, el Estadio Olímpico, Cartuja...
–¿Por qué se decidió participar?
–Fue un ente impulsor de iniciativas que afectaban más a la ciudad que a los pueblos. Pero los pueblos te reivindican que por qué a ellos no. Claro, te bajas un poquito del pedestal en el que te has encontrado.
–Usted siempre ha defendido que la Diputación es para los municipios pequeños.
–Por eso de ser más rural, que no significa más cateto, que algunos me han dibujado con una boinilla (risas).
–¿Y qué está ocurriendo ahora en esos pueblos?
–Lo están pasando mal... Algunos críticos dicen que han gastado más de la cuenta. No, han gastado lo que tenían que gastar en un momento en el que ingresaban una parte, digamos excepcional, como consecuencia del «boom» inmobiliario. Cuando llegan las vacas flacas, el vecino sigue reivindicando los mismos servicios, que son justos. ¿Qué necesidad hay de poner un punto de información a la mujer en las zonas rurales? Pues claro que la hay, porque para separarse tenía que hacerlo a escondidas.
–¿Y esas cosas se han perdido?
–No porque está la Diputación sumando, asumiendo entre unos y otros el déficit que nos está provocando el Gobierno central. Para este año que viene se prevé un 4,1% menos, son 10 u 11 millones. Tenemos que o restárselos a los gastos previstos o, en este caso, tratar de reponer con lo que ha sido capaz de ahorrar del ejercicio anterior.
–¿Van a tomar la opción de la Junta de tocar nóminas?
–No, no, no, aquí no. No tenemos la necesidad, seguramente si la tuviéramos lo tendríamos que hacer. Que tampoco le aumentamos, pero bueno... virgencita, virgencita, déjame como estoy.
–La Mancomunidad del Guadalquivir se ha liquidado. ¿Hay otras en peligro real?
–No, en general nacen para prestar el servicio de recogida de residuos sólidos urbanos y al calor de la gestión integral del agua.Con el «boom» de la captación de fondos europeos se abrió la puerta de las competencias y se hicieron de una estructura de personal, una minidiputación. Claro, no las puedes mantener.
–¿Eso no se podía haber cortado?
–No, porque al final se veía hasta bien porque suponía captar recursos. Aquéllas que cumplen y gestionan bien, adelante; las que no, cierre. Pero no hay que hacer una ley nueva, lo único una normativa. La función la tiene que hacer uno, no cuatro, quien mejor la haga.
–Con respecto a lo inicialmente pensado de la reforma local, ¿va a haber una evolución?
–Ha habido muchos borradores, 34 creo. En el fondo y lo que nos preocupa desde el principio no ha cambiado. Nos hemos quedado con una ley con la que no estamos de acuerdo prácticamente nadie, ni tan siquiera los del Grupo Popular..., de puertas para adentro, para afuera dicen lo que tienen que decir, igual que diría yo si fuera mi partido. Después de 34 años trabajando por tener una ley medio en condiciones, con una financiación acorde con la prestación de los servicios, en fin, no nos consideran mayores de edad.
–Ese servilismo hace desconfiar al ciudadano.
–Pero por eso no es el desprestigio de la política.
–Bueno, es evidente que la corrupción es el detonante.
–Nosotros, mi partido, que tiene democracia interna, discutimos mucho, lo que pasa es que no aireamos los trapos sucios. Somos una organización seria de 130 y tantos años de historia, no un grupo de amigos que se reúnen para jugar a la petanca. Nos peleamos dentro, pero seriamente. De hecho, este fin de semana nos vamos a Madrid y discutimos. Cuando os vais vosotros (los periodistas)... (risas). El problema es que hay cuatro chorizos y eso nos desprestigia. La inmensa mayoría son gente trabajadora, honrada, algunos tienen vocación casi de cura, lo único que nos hace falta es un confesionario, porque confesar confesamos en los despachos.
–El ciudadano, cuando ojea periódicos, tiene dos imágenes de la Diputación: una, de ayuda a los pueblos; la otra se vincula al «enchufismo» de militantes socialistas.
–O del PP si gobierna el PP.
–Claro.
–Mire, lo que se habla de «enchufismo» es un acuerdo de un Pleno donde se articulan los cargos de libre designación. La pregunta puede ser, ¿y por qué los tienen?, ¡que se vayan al carajo! Es que hay que gestionar una empresa con 300 y pico millones de euros. Después viene la segunda parte, ¿asesoran de verdad? Yo puedo decir que sí, no sé si se podría hacer mejor, es una pregunta siempre en el aire.
–La cuestión es que compatibilizan tareas.
–La mayoría son alcaldes o concejales. Alivias a ese ayuntamiento de pagarles y les pagas tú. Ante la situación en que nos encontramos, chirría que hablemos de cargos de libre designación, pero hace diez años pasaba desapercibido. Hay que tener claro que no está fijo, en cuanto yo diga mañana «se ha acabado», se acabó.
–¿Qué pensó cuando entró la Guardia Civil a registrar un despacho de esta casa?
–Hombre, lo que vi, que no lo esperaba (risas). Es la primera vez que he tenido esa visita.
–¿Cómo fue?
–Llegó el responsable de la Policía Judicial. Me dijo, «venimos a hacer un registro del despacho de don Enrique Rodríguez Contreras y quiero que me acompañen, si a usted no le importa». Estuvieron un tiempo, fundamentalmente en los ordenadores. Lo que pasa que parece que hubo algún interés externo para llamar la atención, se podía haber hecho más «light».
–¿Interés por parte de quién?
–Pues no lo sé. Lo que se está intentando demostrar por parte de la jueza es algo que sucedió hace diez años, porque este hombre era gerente del IFA, no tiene nada que ver la Diputación de Sevilla. Alguna gente en el pueblo me decía: «Fernando, ¿tú has hecho algo?».
–Sin indicios de delito no se entra en casa de alguien de esa forma.
–Se registró su casa y la jueza vio conveniente, me imagino, registrar el despacho por si tenía algo, que es complicado diez años después.
–Aún así lo cesó temporalmente.
–No, fue fulminante, porque había estado detenido y ante eso, no. Una cosa es la imputación que se le hace a un alcalde por dar una licencia de un corral de pavos y otra que te vayan a tu casa, te registren... ahora bien, la presunción de inocencia está ahí. La valoración que se hace del trabajo de Enrique es muy buena.
–En el «caso de los ERE» hay gente que claramente ha «metido la mano», pero, ¿qué pasa con los políticos? Si no existe responsabilidad penal sí debe haber alguna por aprobar procedimientos que no tenían garantía de control.
–Hombre, las responsabilidades políticas ya las ha pagado más de uno. El hecho de salir una foto en un periódico diciendo que posiblemente, presuntamente... ya estás listo.
–El presidente José Antonio Griñán dimitió por eso.
–No, no, dimitió por otras cosas. Porque él pensó que el momento del cambio político era ahora y que había una muchacha que se llamaba Susana Díaz que era la que mejor podía llevar esto.
–¿Por qué no lo pensó 18 meses antes, cuando los ciudadanos tenían la oportunidad de elegir?
–Porque 18 meses antes él estaba fuerte pensando en que era la alternativa. Después puedes ver que es el momento de salir de la mejor manera, luego se meten por medio los ERE famosos...
–Y es cuando dimite.
–Él pensaba ganar y estar en el Gobierno. En mitad del camino, considera que era el momento de retirarse. Le hemos agradecido el gesto porque en Andalucía se ha producido un revulsivo. La gente tiene una luz de esperanza, ven que Susana tiene claras muchas cosas, parece que es capaz de llegar a acuerdos con Izquierda Unida, ¡qué es complejo!
–¿Es difícil?
–¡Ya ves tú si es difícil! Es difícil llegar a acuerdos en los pueblos, imagínese en la Junta. Pero, al final, pues este hombre lo hizo francamente bien y en medio de ese camino la juez Alaya dijo: «Usted, lo tengo señalado, y usted también, (Manuel) Chaves, y usted también, (Carmen Martínez) Aguayo». Y ahí mete todo en un «totum revolutum» que vamos a ver dónde llega.
–El PP habló de una reunión entre Enrique Rodríguez Contreras, José Antonio Viera y usted en su despacho, que duró una hora...
–(Risas) ¡Una hora y cuarto! Yo ni tengo ni idea de si eso ocurrió o no ocurrió; y si ocurrió, suponga: José Antonio Viera era el consejero de Empleo y el secretario general del PSOE de Sevilla. Era la máxima autoridad que había aquí, para lo bueno y para lo malo. ¿Que estaba reunido con no sé quién? Lo normal es que estuviera reunido. ¿En esa reunión se habló del choriceo número 1 del reino o del plan de trabajo de no sé qué? Mi palabra de honor de que ni me acuerdo. Ahora, ¿reuniones yo con José Antonio Viera? Todos los días, a todas las horas, con problemas de los pueblos. Del tema de ERE no tengo ni puñetera idea, delante mía no se habló nunca de nada.
«No va a haber una guerra en el PSOE de Sevilla como otras veces»
Sevilla- ¿A dónde va a llegar esa «pelea» o discusión interna del PSOE de Sevilla?
–No hay ninguna. El debate es de qué manera apoyamos el proyecto político que está liderando Susana. Ésa es la película ahora mismo, porque es el PSOE más potente de España.
–En ese sentido, una persona de la total confianza de Susana Díaz...
–¿Que es quién?
–...Verónica Pérez.
–Verónica es extraordinaria. Pero lo que toca es que el Congreso Regional de Granada salga como tiene que salir: una piña en torno a la presidenta.
–Por primera vez no existen voces críticas.
–Lo que no significa que hayan desaparecido por obra y gracia del Espíritu Santo. Susana ha sido capaz en su territorio, que es Sevilla, de meter a todo el mundo en la canasta: al alcalde de La Rinconada, el de Alcalá de Guadaíra... Seremos inteligentes para que la persona que tenga el máximo consenso sea secretario general. No va a haber una guerra.
–¡¿No va a reeditarse el Caballos-Viera?!(risas)
–(Risas) No va a haber guerra como otras veces hemos liado.
uidet crum in suntervidem esimis pero es con dit. Senitratuus, vat vit paris consupi nsuscitia L. Sentest vicem por hem, cae num quis factam. Sena, se patum mus Casten tum, sis, fortiac udamenare tandamp runtre tesseniquam di sicaes! Ser in se tabi incesistem no. Simolutuam hostem, intimo norta stanultudam si cri in vit.
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