Romeros de La Puebla

Hay rincones que parecen tener como un halo especial. Algo que les llena de magia y arte, sin que encontremos una clara explicación. La Puebla del Río, allá por donde el Guadalquivir abre sus brazos al mar formando vegas y marismas, parece ser uno de ellos. El sentimiento de unión que hay en él hace que cualquier cigarrero lleve con orgullo el haber nacido o vivido en esa tierra. Un pueblo que sabe a río, a rasgueo de guitarra, a galope vaquero y a toro bravo. En sus orillas se respira el olor a fango y a marisma, a pinares y a eucalipto que perfuman a romeros que cada año caminan hacia la aldea almonteña. Hace cincuenta años, otros romeros, emprendían un camino juntos. José Manuel Moya, Pepe Angulo, Juan Díaz y los hermanos Cabello sacaron su primer disco de sevillanas. Los Romeros de La Puebla originaron un auténtico «boom» de este palo del flamenco, por lo que muchos los consideran como los padres de las sevillanas. Pocos como ellos le han cantado tanto a Andalucía (a sus ocho provincias),a sus costumbres, a sus tradiciones y a sus fiestas. Por eso, en estos días, el alcalde de su localidad, expresó en una carta su malestar por no conceder la Junta la Medalla de Andalucía coincidiendo con sus bodas de oro, siendo récord de permanencia en la música mundial junto a los Rollings Stones. Con más de 60 discos, tres de ellos de brillantes, Los Romeros, merecen sobradamente esta distinción. En cualquier caso, ellos siguen sus los zahones puestos, cantándole a su tierra. Y en ese rincón de la Baja Andalucía, se escucha la letra que dejara escrita un centauro: «Qué fuerza y qué poderío/ nos da nacer bajo el cielo/ de nuestra Puebla del Río».