Andalucía
Sanidad, pública y recortada
La consejera de Salud, pasada ya la primera semana de julio, aún no ha presentado oficialmente el plan de sustituciones de verano. Quizá porque no es agradable lo que hay que contar. Según denunció ayer el PP, casi 3.000 camas hospitalarias quedarán cerradas en los meses estivales, además de 246 centros de salud y ambulatorios que sólo funcionarán por la mañana. La Junta levanta la bandera de la Sanidad andaluza como uno de sus principales emblemas. Y es cierto que tiene aspectos muy positivos. Pero también existe otra realidad menos amable. La sanidad andaluza no llega a colapsarse en verano –hay momentos en los que lo roza– por el trabajo y esfuerzo de los profesionales sanitarios. Profesionales que este mes de junio, como el resto de los 260.000 empleados públicos de la Junta, han visto reducida a la mitad la paga extra. Es oportuno que las cosas se llamen por su nombre. Lo que está ocurriendo en la Sanidad andaluza es un claro recorte, que repercute en el servicio más esencial que se presta a los ciudadanos. Aunque ya se ha negociado en la mesa sectorial, es la consejera del ramo la que tiene la obligación de convocar a los medios de comunicación y exponer las líneas del plan de vacaciones. Sólo así se cumple la transparencia de la que alardea el bipartito. Lo contrario sólo abona una estrategia de ocultar los recortes que se están produciendo. Es éste uno de los principales problemas de Andalucía. Y hay que atajarlo. El Gobierno autonómico no puede seguir con un ojo en el juzgado que instruye los ERE fraudulentos y con otro en unas primarias socialistas que apuntan también a acabar en los juzgados.
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