Andalucía
“Si no se aprueba la ESO a nadie le importa, ni al sistema, ni a la familia”
El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, reclama en una entrevista con LA RAZÓN que los ayuntamientos tengan las competencias educativas de los colegios: «Ahí está la base del futuro»
–Lleva casi veinte años al frente del Ayuntamiento. Ya ha confirmado que va a presentarse a las elecciones del próximo año. ¿Acabará esa legislatura en caso de salir elegido?
–Por supuesto que sí, yo me presento para cuatro años.
–La última encuesta encargada por su partido señala que volvería a ser el candidato más votado, aunque obtendría un concejal menos (trece y Ciudadanos sería la tercera fuerza, con seis, a uno del PSOE).
–Sí, sería la mejor candidatura, no con mayoría absoluta, eso es muy difícil aunque lo intentaré.
–Admitió que el resultado es bueno, a pesar de la «marca PP», que es evidente que no está en us mejor momento.
–El PP ha tenido una bajada, eso está dicho en las encuestas a nivel nacional. Es verdad que en Málaga el resultado es francamente bueno, pero lo lógico es que la «marca PP» mejore su fortaleza por muchas razones. El tema económico se ha sabido conducir muy bien, ha sabido sacar a España de la crisis y eso la reforzará.
–Después de casos recientes como el de la presidenta de la Comunidad de Madrid, ¿el enemigo está en casa?
–No, no. Creo que como ocurre en otros partidos que llevan responsabilidades en distintos niveles, en el PP ocurren fallos. Puedo recordar el caso del Partido Socialista y el de los nacionalistas catalanes, que ha sido claro e impactante porque ha sido sistémico. En el caso del PP ha habido algunos hechos aislados, quizás más de los debidos, que afectan al partido. Son fallos internos.
–A los ciudadanos que se diga que esos casos de corrupción son «hechos aislados» empieza a sonarnos a excusa.
–Han sido más de los debidos porque en política solo uno o dos que haya produce impacto. ¿Por qué? Porque la política es servicio limpio y honesto para el bien común, y todo lo que no sea eso llama la atención, sea un caso o sean cien. Y no es noticia que hay miles y miles de políticos que sí la entienden como un servicio honrado. Por eso no hay que tener ningún fallo, por lo menos mientras la democracia es joven. Vamos a cumplir cuarenta años de la aprobación de la Constitución y todos los partidos debemos esmerarnos en la responsabilidad y trabajar de una manera muy transparente.
–Dice que su partido ha gestionado bien la crisis y que la situación económica ha mejorado. Y sin embargo, Málaga acaba de aprobar sus Presupuestos con un Plan de Emergencia Social para atender necesidades básicas de los ciudadanos cuyo gasto duplica el del año anterior. Nos siguen contando que la crisis ha acabado...
–No, yo no he dicho que la crisis ha acabado, todavía duran los efectos. Aunque no hubiéramos entrado en esta crisis, siempre hay que tener una política social.
–Sí, pero estamos hablando de lo básico: luz, agua, un lugar donde vivir. Son cada vez más familias en esa situación.
–Nosotros estamos haciendo una política de vivienda muy potente que se resume en que en diez años hemos hecho 5.300 y la Junta, que es quien tiene la obligación –porque tiene las competencias recibidas del Gobierno central desde los años ochenta–, ha hecho menos de 50 en ese mismo tiempo. Las alquilamos a un precio muy moderado a familias en exclusión social, hemos comprado viviendas de segunda mano... es una política que nos cuesta varios millones de euros cada año. Lo estamos haciendo sin ser nuestra obligación.
–La Junta tiene más de 50.000 viviendas para ese uso en toda Andalucía, sí cumple con esa función.
–La Junta tiene las que heredó de la Administración central. El parque de viviendas público lo ha conservado mal, lo ha administrado mal, podemos demostrar barriadas que ha administrado en las que no había ni comunidades de propietarios. Las entregó a quienes no debía, las viviendas pasaron de mano en mano sin control... una cosa muy mal gestionada. La Junta en materia de vivienda ha hecho muy mal su tarea. Un ejemplo: en arreglar tres mil viviendas en la barriada de Palma Palmilla nos hemos gastado trece millones de euros, que eran de la Junta antes y las «vendió» a propietarios no correctos y no se preocupaba. Un gran desastre. Por eso tenemos un capítulo grande en gasto social y porque somos la primera ciudad de España en cohesión social, según el índice IESE Cities in Motion (ICIM). Además de haber hecho el cambio transformador de Málaga –cultural, tecnológico, de crecimiento del turismo– hemos seguido haciendo ese trabajo.
–La Consejería de Igualdad ha presentado un informe que confirma el crecimiento de las barriadas desfavorecidas en Andalucía en los últimos treinta años.
–No lo sé, habría que profundizar más en esos datos. Lo que digo es que aunque en España estuviéramos en época de bonanza habría que seguir haciendo políticas sociales. ¿Y sabe por qué? Por una razón muy simple: porque mientras exista fracaso escolar, y en esa época era más del 30%, se están sentando las bases de la desigualdad social.
–Actualmente se sitúa en el 24%. Eso supone que uno de cada cuatro niños no acaba la enseñanza obligatoria.
–Es que en época de bonanza se estaba sembrando la semilla de la desigualdad social: el que va para adelante y tiene un futuro claro; y aquel que se queda atrás y no aprueba la ESO. Y a nadie le importa, ni al sistema educativo, aparentemente, ni a sus familias. ¿Qué ha hecho nuestra autonomía, que es la responsable de la educación, en esos treinta y tantos años? En materia educativa no ha hecho ninguna actuación importante para superar el retraso respecto al resto de España y una desigualdad interna muy clara.
–¿Cómo podrían contribuir los alcaldes de las capitales a que esa desigualdad no exista?
–Pone el dedo en la llaga: ¿cómo se puede hacer sin tener competencia en materia educativa? Ya me gustaría a mí tener las competencias en educación Primaria, y las reclamo. Me encantaría que el Ayuntamiento de Málaga fuera el responsable de la educación Primaria porque ahí está la base del futuro. Estos chicos son los adultos de mañana.
–¿Qué podría hacerse diferente desde un ayuntamiento?
–No es fácil, las diferencias con otras autonomías tienen un componente histórico, pero hay otros factores. ¿Por qué no analizamos las políticas educativas de cada comunidad autónoma? Luego está la concienciación de la sociedad en este tema. Nosotros estamos haciendo cosas: premiar el esfuerzo –desde el que simplemente aprueba al alumno brillante–, crear voluntariado de universitarios o promover en las escuelas sistemas de «hermanos» tutores para que los mayores ayuden a los pequeños y sea más fácil la enseñanza. Es básico, los temas sociales están ligados a los educativos porque en el aspecto social influye que haya empleo o no y el empleo depende de si ha habido educación y formación.
–Ha nombrado el empleo, donde Málaga tiene un índice de paro alto, el 23,5%.
–Hemos conseguido que la mitad de la bajada del desempleo de la provincia haya sido en la ciudad. La aportación de la capital es superior al peso demográfico. No quiero ser triunfalista ni mucho menos, creo que debemos mejorar más, pero dese cuenta de que si no tenemos competencia en materia educativa... Eso es vital, porque la pregunta que surge es: ¿en formación profesional estamos bien?, ¿los ciclos formativos son adecuados o debería haber algunos nuevos?, ¿se hace la formación dual necesaria con las empresas? Todo eso es competencia de la Junta
–Hay que abordar también otra cuestión: se crean empleos, pero sin una calidad adecuada porque son temporales y con sueldos muy bajos.
–El empleo tiene que tener la máxima calidad posible, eso depende mucho de la formación, y depende de otros puntos como la sensibilidad social del empresario. ¿Lo he dicho claro?
–¿No tienen esa sensibilidad los empresarios malagueños?
–Es un tema general, en toda España tienen que mejorar. El empresario dirá que su tarea social más importante es crear empleo, cierto, y se está haciendo, pero ha llegado el momento de que los salarios crezcan más. Que haya un reparto del bienestar mejor del que se ha hecho, sin generar inflación. Ese es el equilibrio que hay que conseguir. Y la responsabilidad es de todos, empresarios y sindicatos. Hay que avanzar. ¿Cómo se consigue la confianza de los trabajadores en la empresa? Con transparencia. Los trabajadores tienen derecho a conocer las cuentas de la empresa y a los empresarios les interesa hacerlos partícipes de los resultados a los propios trabajadores. No quiero dar lecciones, solo reflexiono acerca de esas cuestiones. Debe haber los mejores salarios posibles dentro de lo que permita la empresa.
–Otro tema que preocupa es el despoblamiento del casco histórico por la proliferación de pisos turísticos. ¿Es partidario de que lo regulen los ayuntamientos?, ¿cómo lo haría?
–No es fácil. Corresponde regular a las autonomías.
–Pueden hacerse ordenanzas municipales en ese sentido.
–Estamos atentos a los que se reflexione en la FEMP (Federación Española de Municipios y Provincias) y a lo que se haga en otros municipios dentro y fuera de España. Lo que más me preocupa es el efecto en el aumento de los alquileres para residentes. El mercado debe reaccionar produciendo más viviendas en alquiler para que se regule. Hay que profundizar también en los aspectos positivos y negativos que tiene el tema. Me gustaría que los hoteles hubieran crecido más para que hubiese menos necesidad de viviendas turísticas, pero nadie puede negar que también esas viviendas están revitalizando ciertas zonas de la ciudad.
–¿Haría usted como en Barcelona, limitar barrios donde ya no puede haber más alquileres de este tipo?
–Hoy por hoy no lo veo conveniente. Hay que profundizar en ello porque se puede crear una dinámica de inseguridad jurídica a quienes estén planteando inversiones en esa materia. Es un tema delicado y difícil. Hay que analizar qué ha supuesto este fenómeno de las plataformas digitales en las ciudades y ver los inconvenientes y actuar en consecuencia. Falta rigor, de un estudio serio y objetivo de la Universidad sobre qué ocurre con los turistas de hotel, cómo gastan, y qué ocurre con los de vivienda turística. Debemos tener más información, no puede haber oscurantismo.
–¿Y qué ocurre entonces con los vecinos? La ciudad no puede girar en función de si gastan más o menos los turistas. ¿Establecería un tope o apuesta por liberalizarlo?
–Es un tema complicado, no es fácil contestar si vamos a tomar una medida o no. Somos sensibles y estamos atentos a lo que ocurre en otras ciudades y dispuestos a actuar si es necesario. En cuanto a que el alquiler se ha encarecido no tengo ninguna duda, lo que tiene que haber es un estímulo al alquiler.
–El crimen organizado está salpicando también a Málaga y la Costa del Sol, con varias muertes violentas en los últimos días.
–Según he oído al subdelegado del Gobierno la estadística de criminalidad es la mejor de los últimos doce años. La situación del narcotráfico que recibo por la prensa es preocupante y confío en que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado sepan afrontar ese reto. ¿Que eso esté afectando a la Costa del Sol? No tengo esa impresión. Debe haber ahí una labor internacional, con una colaboración clara con Marruecos y Gibraltar, donde hay impunidad. Si no, no funcionaría todo ese negocio ilegal.
–Después del verano, la carrera electoral estará en marcha.
–Yo no hago carrera electoral, lo que hago es trabajar y ya está.
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