Arte, Cultura y Espectáculos
«Sonata» taurina de Serrera con dos banderillas de Emilio Muñoz
El diestro sevillano critica duramente a Podemos y la ambigüedad del PSOE con los toros: «Tiene más dudas que un torero después de una cogida»
El Domingo de Resurrección cambia la seda por el percal, la seda de los mantos de las vírgenes de Semana Santa por el percal taurino, en la mañana del pregón que organiza la Real Maestranza de Caballería de Sevilla desde hace más de treinta años. La de ayer fue la edición treinta y cuatro. Esta transmutación toma cuerpo en el teatro Lope de Vega y empieza a fraguarla la Banda Sinfónica Municipal a los sones de los primeros pasodobles –ayer Cielo Andaluz, Tardes del Baratillo– que por la tarde ya resonarán en la Maestranza y que dejan atrás las marchas cofrades. Es una mañana de anuncio de la temporada, pero cada vez más de reivindicación y de defensa de la fiesta.
El historiador y americanista Ramón Serrera, al que prologó el torero Emilio Muñoz, fue el encargado de tomar el atril del teatro de la Exposición. A los antitaurinos le dedicó lo justo. Él mismo anunció que sería así. «A los antitaurinos no les voy a dedicar en este acto ni una línea más porque creo que no merece la pena». «Arrojar pintura roja al bronce inerte de la escultura de Curro Romero es un acto de simple y llana cobardía, amparada en la nocturnidad y en el anonimato. Pero el faraón pasará –ya ha pasado– a la Historia porque se enfrentó durante décadas a centenares de fieras que podían haberle atravesado su corazón de artista. Ésa es la diferencia».
Quien sí entró de lleno en arena política fue Emilio Muñoz, con una dura crítica que no tenía escrita en su texto inicial. Se declaró votante durante «más de cuatro legislaturas» de un partido político –en clara referencia al PSOE– que «hoy tiene más dudas que un torero cuando vuelve de una cogida». «El otro», aludiendo al PP, «también podía haber hecho más». Con Podemos, también sin nombrarlo directamente, descargó de lleno al señalar que quieren la prohibición de la fiesta y llaman «presos políticos a los asesinos». El alcalde de Sevilla, el socialista Juan Espadas, que fue investido con el apoyo de Podemos –Ahora Sevilla– estaba sentado a unos metros.
Serrera ahondó en las raíces americanas de la fiesta de los toros, con notas históricas de la plaza de Acho de Lima, de México, o de la plaza que en la Habana estuvo celebrando toros hasta los años 40. El otro pilar de su alocución fue, la música, su otra pasión, que le ha llevado a ejercer la crítica de ópera durante quince años.
«En efecto, los toros tienen muchos paralelismos con la música y una corrida con un concierto. Los tres tercios de una faena son como los tres tercios con los que el clasicismo dejó fijada la más perfecta forma tripartita de expresión musical, que es la sonata». En términos musical y taurino habló del ritmo, rememorando a «Rafael de Paula» –«se torea a compás, como se baila y se canta, pero también como se vive, o ha de vivirse, a compás»–. También de la ligazón en la arena y el «legato», mediante el cual «las notas se suceden sin interrupción y sin saltos en la sucesión de los sonidos, creando así un continuum melódico que llega al corazón del oyente». Y en la música y en el toreo –más aún estando en Sevilla– no faltó el silencio. «¿Sabían ustedes que la primera nota de la célebre quinta sinfonía de Beethoven es precisamente un silencio? Bien que lo supo expresar Rafael Alberti, al referir que las manifestaciones artísticas taurinas son como la música muda, secreta e interior del toreo»: «Un prodigioso mágico sentido/ un recordar callado en el oído/ un sentir que en mis ojos sin voz veo/ una sonora soledad lejana/ fuente sin fin de la que insomne mana/ la música callada del toreo».
El humor fino brotó cuando rememoró sus recuerdos de abonado de la «antigua grada 4 de sol» de la Maestranza, un raro ecosistema de profesores universitarios como García-Baquero y de singulares aficionados como «Pepe el de los Espárragos». «Presenciar una corrida de toros sentado al lado de García-Baquero fue siempre para mí un riesgo. Él era el que sabía del tema y la verdad es que, con cierto sentido del humor, nunca me dejaba opinar, ya al terminar la corrida, yo me dirigía siempre a mi admirado amigo y le preguntaba: ‘Antonio, ¿me ha gustado?’. Ni que decir tiene que su opinión era la acertada».
Serrera cogió el testigo del escritor y periodista Fernando Sánchez-Dragó. Por las tablas del teatro Lope de Vega han pasado figuras destacadas de disciplinas diversas como la literatura, la filosofía, la arquitectura, la política o la diplomacia. Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes, Arturo Pérez-Reverte, Carlos Herrera, Rafael Moneo, Francis Wolff o Tristan Garel-Jones han sido algunos de los encargados de anunciar los toros en Sevilla. También Esperanza Aguirre, que estaba ayer en un palquillo y aplaudió efusivamente las palabras de Emilio Muñoz.
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