Interior
Un acusado de matar a un indigente admite que le golpeó en «legítima defensa»
Uno de los acusados de asesinar a pedradas a un indigente en la localidad sevillana de Utrera el día 17 de junio de 2013 ha admitido que lo llegó a golpear en dos ocasiones con una piedra pero ha asegurado que lo hizo para defenderse y evitar ser agredido por el fallecido, mientras que el otro imputado ha relatado que no estuvo en el lugar de los hechos. La Audiencia Provincial ha acogido en la mañana de este lunes la primera jornada del juicio con jurado popular contra los dos acusados, Juan Carlos C.F. y Gonzalo D.G., para quienes la Fiscalía pide 20 años de cárcel por un delito de asesinato y que indemnicen conjunta y solidariamente con 27.000 euros a los familiares de la víctima, un indigente de 49 años que falleció a las 31 horas de ocurrir la supuesta agresión.
Así, Juan Carlos C.F. ha relatado que la madrugada en que ocurrieron los hechos circulaba con su ciclomotor por el Camino del Zarate y se encontró con la víctima, quien le pidió si lo podía llevar hasta la puerta de su casa, por lo que lo trasladó hasta dicho lugar y, una vez allí, el indigente le pidió un cigarrillo. "Le dije que no tenía y me empujó, me tiró de la moto y la moto se cayó al suelo", ha explicado.
De este modo, el imputado ha aseverado que, en ese momento, el fallecido "me pegó con un palo en el hombro", por lo que "cogí una piedra, la revoleé y le di en una pierna", momento en el que "comencé a buscar las llaves de la moto para irme", pero en ese momento intentó golpearlo nuevamente con el palo.
Por ello, "cogí una piedra y le di en la barriga", todo ello "en legítima defensa", ha declarado el acusado. "Le tiré dos piedras pero no pensaba que le iba a pasar eso a ese hombre", ha indicado el imputado, quien ha asegurado que el otro imputado no iba con él, pues de hecho se dirigía en ese momento a devolverle un teléfono móvil.
Asimismo, ha relatado que, cuando logró huir corriendo del lugar, la víctima seguía "corriendo detrás suya"para tratar de agredirle, punto en el que ha dicho que "era la primera vez que veía"a la víctima, al que "no conocía de nada". "No lo conocía y no sabía que era indigente, lo vi una persona normal y corriente", ha expresado.
"Yo no tenía intención de matarlo ni de agredirle en ningún momento", ha subrayado el imputado, quien ha insistido en que se "tuvo que defender"de la agresión de la víctima y ha puesto de manifiesto que "no se podía imaginar"que el agredido pudiera fallecer.
Tras todo ello, y según su relato, se personó en la Guardia Civil para denunciar que la moto se le había quedado en el camino, pero no contó nada de la pelea porque "tenía miedo de que me pasara algo"y "estaba muy nervioso".
De otro lado, el segundo de los acusados, Gonzalo D.G., ha señalado que la madrugada en que ocurrieron los hechos se encontraba en casa de su abuela junto a su padre, su tía y su abuelo y, por tanto, ha negado que se encontrara en el Camino del Zarate. "No sé lo que ha pasado, todavía estoy en estado de shock", ha advertido.
Así, y tras indicar que sí conocía a la víctima, ha relatado que, sobre las 3,30 horas de esa madrugada, el otro acusado le llamó al teléfono móvil para decirle que le habían robado la moto, por lo que fue a su casa y allí le contó los detalles del robo.
Gonzalo ha puesto de manifiesto que fue la tía del otro acusado la que extendió el "rumor"por el pueblo de que su sobrino "había matadoa un hombre", lo que hizo en represalia porque Juan Carlos "le había robado dinero de su frutería".
El juicio también ha acogido este lunes la declaración de un testigo que, protegido por una mampara para proteger su anonimato, ha relatado que la madrugada de los hechos su mujer le despertó porque "escuchó que había ruidos de palos y piedras", por lo que se levantó y pudo ver desde su piso, situado a unos 200 metros del lugar de los hechos, a una persona "alumbrando con una linterna y pegando a un indigente".
"Escuché voces y al indigente diciendo 'irse de aquí, me vais a matar, me vais a reventar'", ha declarado el testigo, quien por todo ello llamó hasta en dos ocasiones a la Guardia Civil, quien se personó en el lugar, momento en el que pudo escuchar cómo una persona advertía a otra de que estaban llegando los agentes, por lo que allí "habría dos o más personas".
Una vez llegó la Guardia Civil, la víctima sólo "quería que lo dejaran tranquilo", ha relatado el testigo, que al día siguiente vio al fallecido "andando por una acera"y con aire "descuidado".
Antes de comenzar las declaraciones, la Fiscalía ha expuesto sus alegaciones y ha dicho que los acusados "asesinaron, y no mataron, a una persona, a un indigente de profesión, enflaquecido, que vive en la hambruna", ya que "actuaron con un plus de gravedad, a traición y sobre seguro".
De su lado, los abogados de los imputados han solicitado la libre absolución de sus patrocinados.
Según el fiscal, los hechos tuvieron lugar en la madrugada del 17 de junio de 2013, cuando los acusados, "actuando de común acuerdo", se dirigieron a bordo de un ciclomotor al Camino del Zarate, y en concreto a una caseta de bombeo de agua donde "sabían"que pernoctaba en solitario el fallecido.
Así, y sobre las 3,30 horas, los acusados sorprendieron al fallecido en el interior de la caseta y, "alimentados por el desprecio que el indigente les generaba y con la intención de ocasionar su muerte o aceptando la misma como probable consecuencia de su acción conjunta", iniciaron "el deliberado ataque".
De este modo, y mientras uno de los acusados alumbraba con una linterna y ejercía funciones de vigilancia, el otro imputado "la emprendió a pedradas y golpes de palo"con el indigente, "no obstante ser conscientes y valorar la situación de desventaja, no sólo numérica, sino de desproporción de fuerzas, dado el deterioro físico y psicológico que la víctima por su modo de vida padecía".
"Pese a las súplicas"de la víctima, que les gritaba 'iros de aquí, que me vais a reventar la cabeza', y pese "a las consecuencias letales que de sus actos se podían derivar", los procesados no cesaron en la agresión, llegando el acusado J.C.F. a propinar al indigente un fuerte golpe con una piedra en la cavidad abdominal, que horas más tarde le provocaría la muerte.
Sobre las 3,42 horas y ante la llegada de vehículos policiales al lugar del suceso, G.D.G. apercibió de su presencia al otro acusado, huyendo ambos y abandonando el ciclomotor con las llaves puestas en el contacto.
A la llegada de los agentes de la Policía Local y la Guardia Civil, el fallecido presentaba la cara ensangrentada y, al ser interpelado por la identificación de los autores de la agresión, el indigente respondió que 'los dos de la moto roja, como en otras ocasiones'.
Sobre las 8,30 horas del día 18 de junio de 2013, el indigente fue trasladado en ambulancia a un centro hospitalario de Utrera, en estado consciente, tras ser hallado tumbado en la vía pública con una herida en el labio superior, y cuando iba a recibir el alta médica entró en parada cardiorespiratoria, falleciendo a las 10,05 horas de ese mismo día.
El indigente falleció a los 49 años a consecuencia de un traumatismo abdominal cerrado que le provocó una peritonitis postraumática y una hemorragia intraperitoneal por desgarro, a lo que se suma que el cadáver presentaba un cuadro de policontusiones dispersas por diferentes y variadas ubicaciones corporales en cara, tórax, hombros, manos, rodillas y dorsos del pie derecho.
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