PSOE

Un año de «realidades» por delante para retener la Alcaldía

Espadas ya ha trazado el plan para convencer al sevillano en 2019

Espadas compareció ayer en un acto organizado por Europa Press y la Fundación Cajasol
Espadas compareció ayer en un acto organizado por Europa Press y la Fundación Cajasollarazon

Espadas ya ha trazado el plan para convencer al sevillano en 2019

Juan Espadas ya ha trazado su plan. El perfil moderado del alcalde de Sevilla se ha deteriorado poco en dos años y cuatro meses grisáceos. Le ayuda no haber hecho grandes promesas, no pisar grandes charcos y mojarse lo justo. Aunque siempre se espera más de un gestor, la baja exigencia y presión de una oposición muy diluida le permite hoy fijar su estrategia con tiempo, planificar sus pasos para llegar a mayo de 2019 con el convencimiento de asegurarse un segundo y último mandato en la Plaza Nueva. Porque la Alcaldía para él tiene un periodo «definido», improrrogable en 2023. «Hay responsabilidades que necesitan tal nivel de dedicación y exigencia, que están pensadas para vaciarse completamente y pasar el testigo», dijo Espadas.

Posicionado claramente en el centro de tablero político –pese a ser investido en el cargo por la izquierda de Participa e IU–, ayer el primer edil hispalense protagonizó un desayuno informativo de Europa Press en la Fundación Cajasol, donde admitió que tiene un año por delante, hasta septiembre de 2018, para convertir con «realidades» palpables para la ciudadanía el trabajo iniciado en 2015 para sacar a Sevilla de la «

parálisis». Esta expresión fue repetida una y otra vez respecto a la «era Zoido» por Espadas. Por ello, promete ahora un presupuesto «muy goloso» para 2018 en el que «los ciudadanos podrán ver claramente si se materializa o no el volumen de inversión pública que necesita la ciudad». Un modelo para Sevilla aún por concretar para la mayoría –«el reto pasa por materializar en hechos los compromisos del mandato», subrayó–, que ha contado con el viento de cola de la creación de empleo una vez superados duros años de crisis.

En ese difícil camino en minoría necesita aliados. Y Espadas, cuyo nombre apareció incluso en las quinielas para sustituir a Susana Díaz en el caso de que ésta hubiera alcanzado la Secretaría general del PSOE, ya se ha decantado por Ciudadanos como compañero de viaje, aunque ni así cuenta con mayoría. Basta decir que el anuncio de la bajada del IBI en un 3% para el próximo año, acordado en el pacto con Cs para sacar adelante las cuentas de 2017, dependerá de una abstención o voto a favor del Partido Popular, dado que la rebaja fiscal no aparece en el ideario de Podemos (Participa) ni IU.

En la derecha, Espadas se encuentra con Beltrán Pérez, el sustituto del sustituto de Zoido. Aún no está definido si será el candidato, que por ahora opta por atacar con cuestiones básicas como la pobre limpieza de la ciudad, el arbolado o la falta de diálogo ofrecida por el alcalde. En cuestiones como los impuestos, el 3% anunciado se antoja insuficiente a los populares, que tendrán que mojarse en la recién iniciada negociación de las ordenanzas fiscales. Espadas, además, estudia compensar la bajada del IBI (4 millones) con subidas en servicios básicos como la recogida de basura o el agua.

Mientras casi se olvida de que Sevilla tiene siete de los quince barrios más pobres del país, sobre la mesa siguen los temas de siempre. La ampliación del metro sí que supondría un aliciente para el sevillano, pero el alcalde se ampara en que «es cosa de tres»: Estado, Junta y Ayuntamiento. Espadas pide un ejercicio de «mesa y trabajo» para abordar la financiación de la línea 3, de Pino Montano al Prado. Consciente de que es un imposible, se centra en llevar el tranvía a Santa Justa. El golpe de efecto para las municipales de 2019.