Caso ERE
Uniter señala a las aseguradoras como «cooperadoras necesarias» en los ERE
Defiende el pago de 200.000 euros anuales de media a Estudios Jurídicos Villasís
El administrador Único de la mediadora Uniter, José González Mata, que está a la espera de que lo cite a declarar la juez Mercedes Alaya, ha enviado dos escritos de alegaciones al juzgado que instruye el caso de los ERE.
El administrador Único de la mediadora Uniter, José González Mata, que está a la espera de que lo cite a declarar la juez Mercedes Alaya, ha enviado dos escritos de alegaciones al juzgado que instruye el caso de los ERE. Ocupan más de 40 folios. Las alegaciones van en la línea de lo que expresó González Mata en su comparecencia en la comisión de investigación de los ERE el pasado mes de septiembre y del argumento de defensa que avanzó recientemente este periódico. Uniter niega las elevadas sobrecomisiones que apunta la juez –la comisión media la reduce a un 5,82 por ciento si cobrara las que tiene pendientes con la administración–, defiende el rol de los sindicatos por operar dentro de los márgenes de la legalidad, rechaza pagos o dádivas a cargos públicos –como también señala la juez– y se desvincula de la introducción de intrusos en las pólizas, una de las causas por la que Alaya, en relación al ERE de Calderinox, imputó al empresario jerezano.
Las alegaciones traslucen un claro tono de enfado con las diligencias que está practicando Alaya. Así, sobre la afirmación de la juez de que la concesión de comisiones se había convertido en «el verdadero negocio» de la trama, la defensa de González Mata señala que sindicatos, aseguradoras, mediadoras y despachos de abogados –a criterio de la «juzgadora» (sic)– «se reunían periódicamente en ventas y tabancos para ver qué empresas cerraban a su capricho para enriquecerse». «Empresas (...) como Delphi, las minas de Huelva o Santana Motor que no son precisamente unos chinchales». En esta descripción de agentes que intervienen en los ERE, Uniter señala a las aseguradoras con un matiz que no pasa desapercibido. «Aseguradoras como Vidacaixa o Generali, no imputadas en el proceso, también curiosamente, a pesar de que eran quienes pagaban las 'sobrecomisiones', lo que no podría situarlas muy lejos del rol penal de cooperadores necesarios». La investigación de la juez sobre el reparto ilícito de comisiones se ha centrado en averiguar los posibles delitos de las mediadoras –Vitalia y Uniter que cobraron, según la Guardia Civil, en torno a 50 millones–, de los sindicatos, de despachos de abogados o de conseguidores y empresas pantalla. Pero no de las aseguradoras, que eran las que iniciaban, sin embargo, este reparto. De hecho, son las que pagan a las mediadoras, que a su vez pagaban a los sindicatos y, al menos en el caso de Vitalia, también al «conseguidor» Juan Lanzas y a altos cargos de la Administración.
Contra Uniter, la juez Alaya esgrime varios posibles delitos. El primero, que pagó a empresas de la órbita de Guerrero a través de Estudios Jurídicos Villasís, que tuvo en nómina a Juan Lanzas. Alaya, en el auto de envío a prisión del ex director general de Trabajo, recoge un pago de 190.000 euros de Uniter, que acabaría en Saphire Grupo Empresarial –administrada por el ex chófer de Guerrero– y en Promociones Vinícolas –del considerado «camello» de la trama–. El segundo, dos pagos de 25.000 y 75.000 euros a nombre de «J. Guerrero», que corresponden, según la investigación, a dos cheques cobrados por la empresa Andalucine, relacionada con la hermana de una alto cargo de la Junta.
Esgrime Uniter que los pagos a Estudios Jurídicos Villasís –que rondaron de media los 200.000 euros anuales– fueron por trabajos realizados por este despacho de abogados y así trata de acreditarlo aportando documentación. Se desvincula de lo que el bufete pudiera hacer con este dinero. Con Estudios Jurídicos Villasís contacta Uniter al proponérselo los agentes sociales. Sobre los dos cheques a nombre de «J. Guerrero», efectivamente los cobró Andalucine, pero Uniter alega que fue el ex director de Trabajo el que le insistió en un adelanto de ese dinero. El nombre de «J. Guerrero» lo atribuye a un «error de la persona que se encargaba de picar la contabilidad».
✕
Accede a tu cuenta para comentar