Athletic de Bilbao

Victoria para un fin de año tranquilo

Un solitario gol de Rubén Castro decide ante el Athletic. Merecido triunfo de un Betis que se mostró riguroso y solidario en defensa

Rubén Castro anotó su séptimo gol en Liga tras una combinación perfecta con Sanabria
Rubén Castro anotó su séptimo gol en Liga tras una combinación perfecta con Sanabrialarazon

Un solitario gol de Rubén Castro decide ante el Athletic. Merecido triunfo de un Betis que se mostró riguroso y solidario en defensa

Segundo triunfo liguero para el Betis de Víctor Sánchez, que toma aire justo cuando más dudas estaba empezando a generar. Mucho menos productivo en ataque que la semana pasada pero sin regalar nada en defensa, el equipo verdiblanco se anotó una merecida victoria ante un Athletic desdibujado al que sólo Beñat le dio algo de mordiente. Por enésima vez en los últimos seis años, el golito de Rubén Castro bastó para hacer feliz al pueblo albiverde.

No está el fútbol, ni el mundo, para despreciar los regalos del enemigo. Aymeric Laporte, el excepcional defensa del Athletic, tiene el enojoso defecto de que se le cruzan los cables con asiduidad. Su comienzo fue de traca: tarjeta absurda a los dos minutos, a punto de la segunda, un par de pérdidas en zona caliente y, para rematar, fingimiento decisivo en la acción del 1-0-. Todo, en poco más de un cuarto de hora. Llovía un balón inocuo y el francés decidió que era mejor tirarse ante Rubén Castro que despejar. El canario controló sin oposición, combinó con Sanabria y batió a Kepa con un sutil toque de zurda. Merci, mon ami.

Nada relevante había pasado hasta entonces y nada más pasó hasta el descanso, acaso un par de carreras con intención de Iñaki Williams y algunas aperturas de Dani Ceballos, sobrio cuando toca y brillante cuando es posible, dedicadas a Gustavo Poyet. El ostracismo de este muchacho, por sí solo, valía una destitución. Lo de la suplencia de Rubén Castro, que ayer adelantó a Alfonso como segundo máximo goleador bético en Primera -Poli Rincón en el horizonte-, entraba de lleno en el terreno de la broma pesada.

Víctor Sánchez del Amo no se da grandes aires, pero piensa las cosas antes de hacerlas. En todos los partidos, con independencia del resultado, introduce variantes destinadas a conjurar las virtudes del rival. El Athletic es poderoso en el juego aéreo, por lo que hubo de contrarrestarlo con una línea de cuatro centrales. Pero como también da problemas desde las bandas con Williams y Lekue, cuando salió, colocó a dos laterales como interiores. Durmisi y Piccini no pudieron ayudar demasiado a Ceballos en la construcción, desde luego, pero cumplieron la misión de taponar los costados. ¿Conservador? Sí, siempre que no se tome el término como peyorativo.

Consumidos quince minutos de la reanudación, el partido quedó como un glaciar al borde de la ruptura. Se intuía que algo iba a ocurrir, aunque nadie era capaz de predecir hacia dónde caería la avalancha. Los visitantes, muy a la bilbaína, empezaban a tener prisa pero también a dar sensación de peligro, siquiera por amontonamiento. El Betis, fundido Joaquín, había aislado a sus dos puntas, que esperaban sin embargo el balón del KO con un latifundio ante sí.

Con sus cambios, ya vislumbrándose el final, Víctor trataba de ponerle somnífero al encuentro: el oficio de Cejudo y el manejo de pelota de Jonas Martin para que los minutos finales no se desbocasen. Estaba demasiado reciente el mazazo del Celta como para andarse con alegrías. La parroquia se contentaba con la versión más solidaria de su equipo, consciente de que el triunfo mínimo era de oro puro. Quizá era demasiado pronto para abrazar este pensamiento, pero la vida son decisiones.

A pesar de las precuaciones, algún sobresalto hubo debido a la lucidez de Muniain y Lekue, que propiciaron dos salvamentos de Mandi, tan providenciales como el de Yeray cuando Joaquín se aprestaba a fusilar el segundo tras una dejada de Sanabria. Era lo mínimo que se despachaba en un final con el marcador apretado y que, en puridad, fue realmente tranquilo. La plantilla da para lo que da, es cierto, pero con el nivel de aplicación demostrado ayer no pasará ningún apuro. Ya vendrán tiempos mejores.

Ficha técnica:

Real Betis: Adán; Mandi, Pezella (Bruno, min 65), Donk, José Carlos; Piccini (Cejudo, min 63), Ceballos, Durmisi; Joaquín, Sanabria y Rubén Castro (Jonas, min 71).

Athletic Club: Kepa; Bóveda, Balenziaga, Laporte (Vesga, mi 46), Yeray; San José (Lekue, min 46), Beñat; Muniain, Raúl García, Williams; y Aduriz (Villalibre, min 70).

Árbitro: Mateu Lahoz (valenciano). Amonestó a Laporte, Rubén Castro, Piccini, Raúl García y Cejudo. El gol: 1-0 (min 18): Rubén Castro. Incidencias: Algo más de 30.000 espectadores en el Villamarín.