Literatura

Castilla y León

Antonio Colinas y Fermín Herrero, por partida doble

La Diputación de Valladolid publica a la vez sus poemarios «La muerte de Armonía» y «Alrededores»

De izquierda a derecha, el director de la Fundación Jorge Guillén, Antonio Piedra; los poetas Antonio Colinas y Fermín Herrero; y el presidente de la Diputación, Jesús Julio Carnero
De izquierda a derecha, el director de la Fundación Jorge Guillén, Antonio Piedra; los poetas Antonio Colinas y Fermín Herrero; y el presidente de la Diputación, Jesús Julio Carnerolarazon

Por partida doble llegan dos nuevos trabajos de dos «monstruos» de la poesía hispana. Los universales Antonio Colinas y Fermín Herrero presentaban en la tarde de ayer «La muerta de Armonía» y «Alrededores», respectivamente, en la sede de la Diputación de Valladolid. Dos poemarios editados por la Fundación Jorge Guillén y que se suman a la gran nómina de autores que han visto publicadas sus obras en la colección Maravillas Concretas.

Como maestro de ceremonias ejerció el presidente de la institución provincial, Jesús Julio Carnero, quien destacó que «para la Diputación es un auténtico honor poder editar los nuevos trabajos de dos autores que están en la cumbre de la poesía española actual. Dos poetas, muy distintos, con un anhelo y una inspiración poética diferente, pero que tienen en común la importancia que la naturaleza juega en su obra».

«Dos poetas muy distintos pero con un nexo común como es la naturaleza», apuntó Carnero, y que en el caso de Colinas «es un espacio donde se da la contemplación, muy importante para poetizar», mientras que en Herrero, «las expresiones del campo tienen concentrada la poesía inmanente».

Después fue el turno para los protagonistas. El primero en hablar fue el autor soriano, que tras recalcar que no «se encontraba a la altura» de su compañero en lides poéticas, agradeció a Jesús Julio Carnero el apoyo de «verdad» que se hace desde la Diputación a la cultura, en unos momentos en que todo «ha descendido a espectáculo y turismo». Respecto a su poemario «Alrededores», declaró que a tratado de aproximarse «a mi segunda manera de escribir», donde existe una mayor abstracción e intimismo personal. Unos poemas my volcados en el interior, enel pensamiento y en los sentimientos, de un autor galardonado con premios tan relevantes a nivel nacional como el Hiperión o el Gil de Biedma.

Tras Herrero, fue el turno para Antonio Colinas, el autor leonés afincado en Salamanca. El poeta destacó de «La muerte de Armonía» que fue concebido en sus orígenes como un libro y que fue escrito en 1990, un año antes de la muerte de María Zambrano. Por ello, a través de sus páginas, cuya obra no había dado concluida hasta la fecha, dedica un poema dialogado del que forman parte varios personajes, y que se encuentra armonizado por partituras de ópera.

Dos obras nuevas e imprescindibles, diferentes, pero con un valor poético inigualable.